Venezuela tiene una de las legislaciones más restrictivas frente al aborto en América Latina. Mientras el gobierno de ese país vende la imagen de una revolución que incluye los derechos y las luchas de las mujeres y niñas, la realidad es que ellas se enfrentan a un país ultraconservador que las criminaliza por decidir.
Una nueva marcha conmemorando el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer volvió a dejar el mensaje claro en este año de pandemia: todas somos un rostro colectivo y no vamos a retroceder ni un centímetro con la lucha por una vida libre de violencias. Crónica sobre la movilización en Bogotá.
Las cifras de los últimos meses sobre violencia doméstica y feminicidios en el país nos han dado una lectura inicial que es difusa y, en algunos casos, contradictoria. Sin embargo, existe un denominador común en esta lectura: el impacto de estas violencias pudo preverse por parte de diferentes entidades estatales, o al menos amortiguarse.
Al menos cinco transfeminicidios se han registrado en esta zona desde que inició la pandemia. Algunas de las víctimas habían denunciado previamente amenazas de muerte por parte de la Policía de un corregimiento. ¿Qué está pasando en el Caribe colombiano con las garantías de vida para esta población?
Acompañar y cuidar a otras mujeres víctimas de violencias basadas en género es una labor que requiere autocuidado. Por eso construimos una guía con prácticas de cuidado propio para mujeres cuidadoras, con el objetivo de que su labor no deteriore su salud mental, física y emocional.
Si el concepto del cuidado ahora está en el centro de las discusiones, ¿Eso quiere decir que las mujeres ahora somos protagonistas? Acá la segunda parte de una historia dedicada a mostrar qué mujeres están detrás de la careta y el tapabocas, resistiendo a la emergencia sanitaria a través de sus cuidados.
En Colombia quienes se encargan del cuidado, de manera remunerada o no, han sido tradicionalmente las mujeres. En el sector salud no ha sido diferente: en MANIFIESTA presentamos la situación de varias mujeres colombianas que sostienen en plena emergencia sanitaria un sistema de salud que las pone en riesgo.
Foto cortesía de: Christina Jaramillo.
Foto tomada por: Rafael Santamaría.
Cerca de 452 indígenas embera katío y embera chamí llevan dos meses a la intemperie en el parque Tercer Milenio de Bogotá, sobreviviendo a la precariedad en medio de la emergencia sanitaria. Mientras los líderes de ambas comunidades le siguen exigiendo al Distrito lo básico para su supervivencia, dos mujeres que lideran en la comunidad nos contaron por qué llegaron a Bogotá y en qué condiciones están sus comunidades.
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