Así hemos vivido estos últimos días en MANIFIESTA

En los últimos días realizamos una publicación titulada ‘¿Qué pasa cuando tu candidata feminista es escrachada por otras feministas?’, sobre dos precandidatas a la alcaldía: Heidy Sánchez, de la Unión Patriótica, para Bogotá, y Ana Erazo, del Polo Democrático para la ciudad de Cali. La historia se enfocó en denuncias públicas que otras feministas hicieron en redes sociales contra estas dos concejalas al anunciar sus candidaturas.

Las mujeres que consultamos afirman que las políticas, en su momento, encubrieron o ignoraron casos de violencias basadas en género al interior de las organizaciones políticas en las que militaban. También aseguran haber sentido falta de apoyo por parte de estas líderes al conocer las denuncias de estas violencias, falta de apoyo de los partidos, e incluso haberse sentido expulsadas y violentadas por estos.

Como medio nos parecía importante amplificar e indagar en estas denuncias, y abrir un debate constructivo sobre cómo abordar estos casos: ¿Es posible pensar que entre mujeres feministas inscritas a una militancia política se puedan plantear nuevos horizontes relacionados con el escrache, el reconocimiento o la reparación, distintos a los que hemos visto y vivido con hombres en la política denunciados por estas violencias? Esta fue una pregunta que nos hicimos, sin desconocer que el ejercicio político de las mujeres sigue inscrito dentro de dinámicas patriarcales que imperan aún en partidos de derecha y de izquierda en el país.

El contenido generó críticas de diferentes sectores. La mayoría de estas se hicieron de forma constructiva. Muchas las acogimos, o las tuvimos en cuenta para discutirlas en nuestra redacción y nutrirnos para seguir haciendo mejor periodismo. Queremos agradecer a todas las personas que, desde el debate público, o por canales privados, nos hicieron llegar sus cuestionamientos y sus críticas con ánimo de seguir construyendo. Sepan que en MANIFIESTA estamos interesadas en publicar críticas y puntos de vista diferentes que sigan nutriendo el debate sobre este tema. Uno de los principios que nos motiva, luego de casi tres años, a seguir construyendo desde MANIFIESTA, es hacer un periodismo feminista crítico que se haga preguntas para diversificar el debate público sobre temas que atraviesan la vida de nosotras las mujeres y la población diversa en el país.

Sin embargo, hoy nos vemos en la necesidad de rechazar con ahínco, y de manera pública, el nivel de violencia que hemos recibido por parte de otros sectores a raíz de esta publicación. En los últimos cinco días hemos recibido señalamientos insistentes cargados de violencia, tergiversaciones y acusaciones falsas por canales privados y, sobre todo, por canales públicos como Twitter. Esta es la primera vez que en MANIFIESTA hemos vivido ataques tan violentos, que ya dejaron de referirse a la publicación mencionada al inicio, y pasaron a ser de otros temas, sobre los cuales se está difundiendo información falsa.

Por eso, en el ejercicio de transparencia tenemos con nuestra audiencia, nos parece importante hacer públicas claridades sobre información tergiversada que se viene difundiendo en redes contra nuestro trabajo y el esfuerzo de estos casi tres años. 

Lo primero que queremos aclarar de manera pública, es que ninguna de estas candidatas pautó ningún contenido con MANIFIESTA. De hecho, no recibimos pauta de ningunx políticx en nuestro medio de comunicación, pues compromete directamente nuestra línea editorial, que lucha por mantenerse independiente. Es más, el artículo publicado es un contenido que cuestiona a las dos candidatas por momentos específicos de sus carreras políticas.

También queremos responder a otra acusación que se ha difundido en redes durante los últimos días y pretende afectar nuestra reputación: MANIFIESTA hace parte de una agencia de medios, Pepe Media, un proyecto enfocado desde 2020 en crear contenido para las generaciones más jóvenes de Colombia. Nunca hemos escondido esta información y por ello es accesible para cualquier persona que haya ingresado a nuestra página web. Allí también podrá consultarse quién integra nuestro equipo. En esa medida, como ocurre con tantos medios nacionales e internacionales, el contenido publicitario es una de las formas de financiación para MANIFIESTA y el resto de plataformas de Pepe Media.

Cuando alguno de estos contenidos se publica en nuestro medio de comunicación, le informamos a nuestra comunidad que es contenido en alianza o publicitario, tanto en nuestra página web, como en nuestras redes sociales. Esta forma de financiación tiene una regla fundamental: no puede comprometer de ninguna manera la línea editorial del medio de comunicación, algo que ha hecho que sean muy pocos los contenidos pautados que publicamos en MANIFIESTA. Que un medio feminista intente mantenerse con medios de financiación diversos no es mercantilizar el feminismo. Nosotras hacemos lo mismo que hacen tantos medios pequeños e independientes que se enfrentan a la precarización y a remar para sostenerse: sobrevivir sin sacrificar el periodismo que hacemos.

Con este rechazo a la violencia que hemos vivido, y las claridades que nos parecía importante expresar públicamente, queremos resaltar una palabra que ha permanecido en nuestras cabezas los últimos días: proporcionalidad. La afectación producida por denuncias contra grandes medios, como pasa seguido, no se compara con el daño que generan estos señalamientos violentos contra un medio joven, pequeño, independiente e integrado por mujeres. Estos días han tenido un costo inmenso para nuestra salud mental y física, nuestra capacidad de trabajo, nuestra reputación y credibilidad.

Es acá donde aprovechamos para agradecer a todas aquellas personas de nuestra audiencia, y colegas, por respaldarnos y enviarnos apoyo en estos días tan difíciles. Pensamos que, precisamente, son estos momentos de crisis en donde esperamos que nuestro trabajo hable por nosotras, allí donde no llegará esta editorial.

También queremos agradecerle a la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, por brindarnos asesoría legal, acompañarnos en la situación que estamos atravesando y respaldarnos en lo que hemos requerido estos últimos días.

Es un momento frágil para los medios en Colombia. Y en medio de violencias que amenazan este oficio, señaladas y rechazadas por colegas y organizaciones aliadas, queremos levantar la mano para decir que aún creemos que puede ser diferente.

Creemos que los debates, diferencias y críticas tienen que seguirse dando entre los movimientos de mujeres, y queremos que nuestra comunidad nos siga interpelando para hacer cada vez un mejor periodismo feminista. Pero estamos convencidas que el lenguaje de estas críticas y diferencias no puede ser el de una violencia que, en algunos casos, equipara la violencia patriarcal que tanto luchamos por erradicar de nuestras vidas.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

También te puede gustar