En su cumpleaños 39, y aprovechando que ahora miramos a las estrellas más seguido, hoy vamos a contarnos entre todas la historia de una de las mujeres que más ha padecido en público el peso de este mundo patriarcal.
Imaginemos por un instante que llega a las manos de la mega industria musical, liderada por hombres, la vida de una niña de 11 años. Gracias a su talento podrán construir un imperio a partir de un estilo musical, un tipo de voz y un modelo específico de niña/mujer que será el ejemplo a seguir de muchas niñas, adolescentes y mujeres en todo el mundo durante un par de generaciones.
Es Britney, bitch: nacida hoy hace 39 años, el 2 de diciembre de 1981 en Louisiana, Mississippi. Sol en Sagitario Casa 3, Luna en Acuario Casa 5 y ascendente Libra -obviamente- Casa 1. A través de este relato astral que haremos aquí, además de festejar su cumpleaños, vamos a construir un puente entre lo que nos han hecho creer que es Britney Spears y lo que las estrellas nos dicen que puede llegar a ser.
Si hay algo que debamos agradecer al mundo actual es nuestra capacidad constante de desencantamiento con el obtuso mundo de la objetividad, las máquinas y un tipo de relato racional que asfixia, coloniza y constriñe. Gracias a ese desencantamiento hoy en día le echamos una miradita al cielo mientras nos preguntamos si es cierto que anteriormente podíamos entender el clima, aprender de agricultura, descifrar el comportamiento del agua y ubicarnos geográficamente gracias a los cuerpos celestes. Las estrellas también cuentan historias. Vamos a aprovechar entonces que volvimos a mirar hacia arriba, para contarnos entre todas, con ayuda de su carta astral natal, la historia de una de las tantas mujeres que más ha padecido en público este mundo patriarcal: Britney Jean Spears.
La carta astral natal es una foto del cielo en el momento que nacimos, y puede ayudarnos a entender la energía disponible para cualquier tipo de situación. Esto no es un conjunto de prejuicios y estereotipos, sino una mezcla de muchas energías disponibles y nos enseña que así como alguna vez leímos el cielo para saber cuándo cultivar o cosechar, de la misma manera podemos llegar a entender, transformar y usar a nuestro favor la energía estelar disponible al momento de nuestro nacimiento, y de ahí en adelante.
Los soles de nuestra carta son importantes porque marcan el tipo de temporada en la que nacemos. En su movimiento de traslación la Tierra conecta con ciertas constelaciones, a esa conexión le otorgamos unos tiempos, que para unas zonas o hemisferios marcan el inicio o el final de las estaciones. Cuando la Tierra conecta con la constelación de Sagitario, por ejemplo, decimos que es el Sol el que ilumina ese grupo de estrellas y por eso hablamos de nacer con el Sol en una constelación específica. Britney no solo tiene a su Sol en Sagitario, cuenta también con otra cantidad de planetas: Mercurio, Urano y Neptuno. ¿Qué significa esto? Que nuestra wuacha linda vino a aprender de sus dones, está bendecida por todas las diosas porque tiene la canastica llena de regalos, que al menos en su primera parte de la vida, supo aprovechar.
Ahora, cada constelación tiene un planeta o cuerpo celeste que lo acompaña, a esto se le llama regente. Júpiter es el regente de Sagitario, por lo tanto se puede decir que Britney en su vida tiene un baño de la energía de Júpiter. Cuando vemos una carta astral, lo primero que notamos es que parece una torta dividida en 12 pedazos, a esos pedazos de la torta le llamamos Casas y gracias a la civilización babilónica, podemos entender que esas 12 casas hacen referencia a las 12 lunas llenas del año.Las Casas entonces representan los escenarios de la vida en los cuales se manifiesta el clima astrológico de nuestro nacimiento.
Así las cosas, en el caso de Britney tenemos a un Sol en Sagitario con Júpiter (su regente) ubicado en la Casa 2, que es la Casa encargada del valor personal, el autoestima y también se refiere al valor material y a la riqueza. Esto, de manera simple, significa que Britney vino a expandir y compartir su fortuna y que ella, en sí misma, es más valiosa que todo el billete que la rodea. Tener al Sol en Sagitario y en casa 3, acompañado de un ascendente en Libra, nos habla de alguien que ama comunicarse (porque la casa 3 es, entre otros aspectos, la casa de la comunicación), que necesita conversar o al menos, que necesita crear un tipo de lenguaje especial con el mundo y para eso puede llegar a desarrollar un tipo de expresión propia, espontánea y desprevenida.
Su signo ascendente en Libra tiene mucho que decirnos. El ascendente es un punto matemático al Este, que se dibuja en nuestra carta astral a la hora exacta de nuestro nacimiento y marca un tipo de energía que vinimos a integrar estando en este mundo. A diferencia de nuestro Sol, nuestro signo principal, que nace con nosotres y nos entrega gran parte de nuestra energía vital (habrá excepciones, como todo), el ascendente vino a entregarnos información sobre la tarea de integración. Y en el caso de Britney se trata de alguien que posiblemente tiene una gran capacidad de generar vínculos con la gente y a quien es probable que esos vínculos le parecen una absoluta prioridad en su vida. También puede pasar que le llegue a costar muchísimo la confrontación, precisamente para no perder esos lazos. Con su ascendente Libra vino a aprender, sin duda, a relacionarse, pero además, vino a entender que el afuera no es lo que determina quién es ella enteramente.
La metamorfosis
Entre sus 12 y 24 años se marcaron sucesos trascendentales para la vida de Britney, y esto nos habla sin duda del retorno de Júpiter, su regente, que cada 12 años pasa a dejarnos lecciones profundas sobre nuestros dones, pero también viene a expandir la energía disponible de ese momento. Si estás en la gloria, subes a la mega-gloria, pero si estás en el hoyo…
A sus 11 años, aproximadamente, Britney entraba al club de Disney, que fue el primer gran regalo de Júpiter en su casa 2, pero donde además, se activó ampliamente su ascendente en Libra, incluso hasta la adolescencia, cuando estuvo dispuesta (y expuesta) claramente sin saberlo, a dejarse producir por parte de toda la industria discográfica, la cual fue la responsable de convertirla en una adolescente hipersexualizada pero a su vez hermosa, pulcra y virginal. Su disquera llegó incluso a definir el tipo de ropa que debía vestir y cómo debería cantar. Su voz empezó a ser muy reconocida por la manera en la que sonaba en su adolescencia cuando lanzó Baby One More Time, con 40,5 millones de copias vendidas y el primer lugar en Billboard, desde ese momento generó una especie de identificación con la adolescente que cantaba como una niña.
De manera cíclica, siguiendo el paso de Júpiter por su vida y casi 12 años después de Disney, entre sus 24 y 25 años, Britney se divorció de su marido, el bailarín Kevin Federline, luego de dos años de matrimonio y dos hijos. Con ese retorno de Júpiter empezaba la temporada más oscura de su vida. ¿Casualidad? No lo creo.
En 2006, un año después de su retorno de Júpiter, Britney estaba comenzando a incubar lo que todos y todas conocemos como el breakdown, ese 2007 oscuro y transformador que iba a cambiarle el rumbo de su vida para siempre y que muchas de nosotras recordamos con dolor y rabia así como ella, seguramente. Justo en ese momento otros cuerpos celestes transitando sus casas 4, 8 y 12 le tenían preparado un túnel profundo lleno de cambio. Cuando en nuestra carta astral se activan estas casas debemos estar atentos y atentas, pues es posible que recibamos un baño de transformación profunda en términos de estabilidad, familia, disolución de límites y, dependiendo de cada caso y cada energía disponible, nos encontraremos bajo situaciones extremas en las que pasaremos de ser una cosa a otra completamente distinta.
Para el 2007, con ese Breakdown al hombro, Britney estalló en medio de una coreografía muy bien alineada de paparazzis. La niña con voz de ángel, la adolescente hipersexualizada y moldeada a su antojo, estaba teniendo un giro inesperado: ahora era madre, mujer adulta, artista y empresaria y todo esto bajo el absoluto control de terceros. Britney empezaba a informarnos que era una mujer que se resistía a ser lo que los demás querían de ella. Todas recordamos esa escena tan simbólica de Britney rapándose la cabeza con una máquina de afeitar, de frente a todo el acoso mediático que sufría. Para ese entonces tenía al servicio de salud infantil de los Estados Unidos custodiando su actitud, que la prensa se encargó de catalogar con el adjetivo cruel de mala madre. Eran ellos quienes sabían cómo debía verse y comportarse la versión adulta de la artista. Tal vez sin saberlo, al tiempo, ella estaba zafándose de esa cárcel impuesta por otros. En por lo menos 3 veces ese año, Britney había intentado ingresar a rehabilitación inducida por Kevin Federline, su esposo, quien le advirtió que sin este proceso de recuperación, irían a un juicio legal en el que ella correría el riesgo de perder la custodia de sus hijos. Bajo estas amenazas, vimos a Britney estallar.
En el plano abstracto los cambios pueden sonar interesantes y hasta poéticos porque, bueno, pocas cosas tan atractivas como el movimiento y la transformación. Pero al vivirlo en carne propia se convierte en un escenario poco llevadero y confuso. Ponerle el cuerpo a una casa 12 nos pone al borde de la locura y Britney sí que lo hizo. Esta casa, paradójicamente, es el llamado a liberarnos de cualquier tipo de cárcel, ya sea espiritual, mental, corporal, física o material. Nos habla también de borrar límites y de trascender hacia un llamado espiritual.
Estos tránsitos (pero no solo los tránsitos porque somos más que lo que las estrellas quieren de nosotres) hicieron que Britney saliera a romperlo todo, porque ella venía de ser la idea producida de una industria, básicamente un personaje, y mi wuacha evidentemente nació para demostrarnos de mil formas que antes que eso, es una mujer de carne y hueso. Britney tuvo que exponer públicamente su metamorfosis y, a través de su rebelión, logró mostrarnos claramente lo que cuesta la libertad (su Sol en sagitario casa 3) y la liberación (su Luna en Acuario casa 5). La libertad es ese gran proyecto de vida de Britney Spears, que está marcado claramente por su sol en Sagitario y su Luna en Acuario. Todo el trabajo para llegar a la libertad se lo debemos a esa Luna, que nos habla de liberación. Pocos pares de signos tan poderosos para explicarnos que lograr la libertad requiere de una batalla constante y permanente y que a eso le llamamos liberación.
El Nodo Norte y la libertad de Britney
En este punto vamos a tener que conversar seriamente sobre lo que significa el Nodo Norte en las cartas astrales, que es un punto matemático marcado por la temporada de eclipses cuando nacemos. El Nodo Norte es ese gran escenario de evolución que nos propone la vida para que superemos situaciones de nuestro pasado. Nuestra wuacha linda tiene Nodo Norte en el signo de Cáncer y en casa 10. Traducción: esfuerzo y empeño para definir su propia autonomía material y la maestría personal, un trabajo intenso y fuerte por desmarcarse de aquello que la amarra para desarrollar su vida profesional en libertad sin cargar lastres familiares. De eso sí que nos hemos enterado sobre Britney Spears, ¿verdad?: Su papá, su mamá, su hermano y hermana y posteriormente, su ex esposo y sus dos hijos. Un trabajo fuerte el que le puso ese Nodo Norte a mi wacha.
Así como tenemos Nodo Norte, tenemos Nodo Sur, una alineación perfecta en la que se ponen de frente la cabeza y la cola del dragón. La cola, representada por el Nodo Sur, representa aquello que debemos dejar ir y para el caso de Britney este punto es su casa 4, la cual se pone frente a su casa 10: la familia de frente mirando al éxito y la vida pública y profesional. Su punto de más alta evolución, ese lugar donde está la mirada del Dragón, necesita dejar ir el peso de su propia cola. Pero dejar ir no es amputarse… y por eso no es fácil entender el mensaje de integración que nos proponen estos dos puntos: de dónde partes y hacia dónde vas siempre son dos aspectos que van a estar unidos.
Después de su divorcio oficial, 2008 fue el momento en el que Britney tuvo que enfrentarse a la lucha legal no solo por su liberación, sino también por la custodia de sus dos hijos. Es aquí cuando comienza la figura de custodia o Tutoría, asignada a su padre Jamie Spears. Debido a esta figura Britney tiene desde ese año los mismos derechos que una niña de 12 años: no puede votar, conducir, gastar su propio dinero, acudir a entrevistas sin guión, viajar, casarse, tener hijes, ir de compras y, por supuesto, tampoco puede contratar un abogado propio. Su pelea, después de liberarse de las cadenas impuestas por la industria y los medios, es liberarse de ese nodo sur anclado en la casa de la familia. Algo que seguirá exigiéndole toda su energía, luego de que un juez volviera a fallar en su contra hace cerca de un mes, manteniéndola bajo la potestad de su padre. Desde 2009 se formó un movimiento a nivel mundial: #FreeBritney, que aboga por la liberación de la cantante para liberarse de esta figura legal. Hay quienes dicen que este debería conseguirse un empleo y dejarla en paz. Yo estoy de acuerdo. Ya es hora de que dejen a Britney en paz.
Quienes la seguimos y estamos preocupadas por ella sentimos que nos falta mucha información. No sabemos si los medicamentos que toma estén acordes con su verdadero estado de salud mental. No estamos seguras de si su situación es tan seria como para ser tratada como una niña de 12 años y no estamos seguras de que su padre sea la persona que deba manejar la fortuna que al día de hoy, sigue produciendo nuestra poderosa Wuacha. ¿En qué tipo de cárcel vive hoy Britney?
Por ahora esperamos lo mínimo posible: que la tutoría cambie de persona, que ella pueda tener un abogado propio y que los medicamentos no estén controlados, como todo lo demás, por su padre.
Britney Spears será recordada, no me cabe la menor duda, como una de las mujeres más fuertes del planeta. Ella, en soledad, ha tenido que lidiar con dos escenarios absurdamente patriarcales que han intentado oponerse a su expansión: la industria de la música -especialmente los hombres que hacen parte de ella- y claro, su propia familia, -especialmente su padre y su ex-marido-. Nos ha enseñado año tras año desde ese profundo breakdown, que las transformaciones en público duelen pero inspiran; nos ha regalado el claro ejemplo de lo que significa luchar con todas las fuerzas por la propia liberación, involucrando cuerpo, mente y espíritu. Nos ha demostrado que a pesar de todo lo que han intentado imponer sobre su cuerpo, su salud mental y su maternidad, ella nació para ser libre. Nos sigue demostrando que hay peleas que no podemos dar en soledad, que nos necesitamos, que siempre es necesario construir redes de apoyo seguras que nos sepan cuidar y proteger ante posibles escenarios de autodestrucción. Britney sí que se ha roto, pero ella sabe que la vulnerabilidad es el inicio de las transformaciones más trascendentales del espíritu.
Feliz cumpleaños, wuacha linda, aquí seguimos abriéndole camino a tu liberación.
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