El verdadero problema detrás del helicóptero en el que se sube Francia Márquez

«La función real del racismo es la distracción. Te mantiene explicando, una y otra vez, tu razón de ser, de existir. Alguien dice que no tienes lenguaje y tú pasas veinte años probando que no es cierto, que sí tienes uno. Alguien dice que tu cabeza no tiene la forma apropiada y tú dedicas tiempo y recursos en investigaciones científicas para probar que sí. Alguien dice que no tienes arte, y tú escarbas y expones la verdad. Alguien dice que no tienes reinos, así que escarbas y demuestras la verdad. pero nada de esto es necesario -y nada es suficiente-, pues siempre habrá algo más». – Toni Morrison, 1975. 

Francia Márquez Mina se posesionó como vicepresidenta hace casi seis meses y en ese tiempo ha tenido que esquivar atentados, escándalos, rumores, y acusaciones. Lo ha tenido que hacer mucho más que otras personas en la vicepresidencia. 

Y si bien su ejercicio público la expone y la obliga a responderle al país sobre sus decisiones, acciones y responsabilidades, las críticas que se le han hecho son un indicativo del grave sesgo racial con el que se lee su labor. En especial cuando le toca salir a defender una y otra vez su accionar de una manera en que otras personas en el gobierno no tienen que hacerlo. 

El racismo que padece Colombia no llegó con la vicepresidenta. Pero ha sido un obstáculo inescapable desde que ella está en la arena política. En los movimientos antirracistas y anticolonialistas se insiste en la urgencia de abordar conversaciones sobre raza, racismo y racialización en todos los frentes de nuestra sociedad. Dicha urgencia se incrementa cuando vemos a la también ministra de Igualdad y Equidad bajo un escrutinio innecesario, ruidoso y maniqueo. Esta presión la ha llevado a destinar un tiempo de su agenda laboral para desmentir constantemente a medios, influencers y otras personas del gobierno, tanto en entrevistas como en sus redes. 

En la cita que abre esta columna, la premiada escritora, editora y profesora estadounidense, condensa muy bien una manifestación del racismo estructural y sistémico que opera en el mundo: la distracción. En otras palabras, Morrison explica que el racismo es un camino directo a dejar de ver a las personas negras como sujetos capaces. 

Y en el caso de Francia Márquez es además un camino, exitoso sin duda alguna, para exponer los ‘errores’ del gobierno actual. Siempre y cuando le funcionen a la perspectiva de la oposición. Es por esto que vemos una y otra vez a la vicepresidenta teniendo que dar cuentas que no se le piden a otras personas en el sector político. Los últimos ejemplos recientes hicieron que publicara declaraciones oficiales explicando cómo y por qué usa herramientas que están justamente ahí para su uso y cuidado. Estos señalamientos, mecanismos racistas, mantienen a la vicepresidenta ‘distraída’ configurando argumentos para justificar lo más básico de su día a día. Y nos mantiene al país creyendo que Francia solo aparece en medios y redes para justificar por qué está en el cargo. Así, dejamos en planos más lejanos su labor como vicepresidenta y ministra de la igualdad.

El ejemplo más reciente es un video en su Instagram que publicó el pasado 22 de febrero. En este, la vicepresidenta interpeló a Colombia sobre las acusaciones que se le hicieron por el supuesto ‘mal uso’ de los recursos estatales. Más específicamente sobre los costos que implica para el país que ella se transporte en helicóptero. Esto por fotos y videos que circularon a finales de febrero donde supuestamente Francia Márquez llegaba en helicóptero a su casa en Dapa, Yumbo. Aunque no se pudo comprobar si era ella, la vicepresidenta afirmó en medios que se desplaza así por motivos de seguridad. A inicio de año sufrió un intento de atentado en su natal Cauca. Luego de esto, el equipo de seguridad y las Fuerzas Armadas le recomendaron movilizarse en helicóptero.

En el video, Francia Márquez incluso se dirige a María Fernanda Cabal, una de sus críticas más ácidas. De forma irresponsable y desinformada, la senadora conectó el asunto del helicóptero en el que se moviliza Márquez con la muerte del patrullero Víctor Javier Palenchor, quien perdió la vida en un ataque a la Policía en el departamento del Cauca. 

Este es un ejemplo de los cuestionamientos, las burlas, el ninguneo y la condescendencia a la que se ve sometida la vicepresidenta. Y el hecho de que deba tomarse el tiempo de aclarar aseveraciones que muchas veces no atienden a la verdad, es una respuesta al país tan racista en el que estamos. María Fernanda Cabal recalca que la gente en el Cauca está muriendo mientras que la vicepresidenta es vigilada por un equipo especial. ¿Acaso la senadora espera que la vicepresidenta se exponga a otro atentado o es una estrategia para desviar conversaciones a su conveniencia? 

Tras el video de Instagram llovieron críticas. En El Zuletazo podcast, por ejemplo, Felipe Zuleta se atreve a calificar a Francia Márquez de ‘llena de odio en el alma y el corazón’ por mostrarse agraviada en la transmisión. En el podcast no se mencionan las aclaraciones que hizo la vicepresidenta en su cuenta. Solo insiste en mencionar cómo habla con enojo. Esa insistencia distractora sobre cómo Francia Márquez hace cualquier cosa es racista. Cumple con el objetivo de deshumanizarla y verla desde una condescendencia que pide más, como dijo Morrison.  

La vicepresidenta y ministra ha tenido que llevar un tercer trabajo: defender su ‘valía’ e idoneidad para ocupar el quehacer político al cual está designada. Y esta distracción llega a veces al presidente Petro. Este, orillado por la polémica, ha salido a explicar cómo detrás de las acusaciones del helicóptero contra Francia Márquez hay clasismo y racismo. Todo eso también lo distrae de su rol, así como a la vicepresidenta.                    

El problema en definitiva no es que la ciudadanía o los medios quieran conocer cómo se usan los recursos gubernamentales. El racismo es evidente en esas preguntas en redes y en esos titulares que hacen énfasis en el hecho de que la vicepresidenta esté viviendo en una zona adinerada de Yumbo, o en cuánto cuesta el mantenimiento del helicóptero. ¿Cuántos titulares le dedicaron los medios al atentado en su contra o a sus recientes iniciativas diplomáticas? 

Y pese a que la vicepresidenta invierte tanto tiempo reiterando su compromiso con la transparencia, detractores como Daniel Briceño, abogado especialista en Derecho Público, o María Andrea Nieto, columnista de Semana, insisten en sembrar dudas. Ambos reiteran discursos con óptica desaprobatoria sobre Francia Márquez que tienen origen en un sesgo racial. 

Así, la distracción no para, se hace más grande y tiene eco en espacios fuera de la política. En el Encuentro Internacional Feminista que se llevó a cabo este año en Madrid, Rita Segato, antropóloga, escritora y activista argentina, hizo un comentario muy polémico. Comentó que no aceptó asesorar a la actual vicepresidenta de Colombia porque sería ‘tokenizada’, o totemizada, por el gobierno. Quizá Segato estaba haciendo una crítica al Estado. Pero en sus palabras también podría leerse entre líneas a alguien que subestima la capacidad de Márquez para llevar a cabo sus objetivos. O lo que es peor, pensar que necesariamente la vicepresidenta será ‘utilizada’ por lo que representa su identidad de mujer negra. Lo que sí podemos ver con claridad es que las lecturas que desató la afirmación de Segato en redes, de nuevo nos distraen de lo importante: la vicepresidenta ha construido y edificado a pulso propio su lugar en el gobierno, así como su capital político.

Insistir en lo vital que es erradicar el racismo, entendiendo que hace parte de imaginarios en el presente, puede llevarnos a dar pasos hacía acciones de reparación a las comunidades negras y a la figura de la vicepresidenta. No olvidemos que ella representa luchas históricas a las que se ha enfrentado la comunidad negra y afro de Colombia.

Este periodo presidencial es la oportunidad perfecta para enfrentar al racismo soterrado de nuestra sociedad. Verlo de frente, cuestionarlo y desmantelarlo, dejando de poner bajo una sesgada lupa antinegra las acciones de Francia Márquez que le impiden hacer su trabajo con concreción y sin frecuentes interrupciones mediáticas. La veeduría ciudadana y el periodismo pueden, deben incluso, entender los lugares de donde se originan ciertas preocupaciones y cuestionarlas. También permanecer vigilantes con respecto a la labor del actual gobierno.

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