El largometraje, que fue nominado para el festival Sundance, hace un recorrido por el largo camino que Márquez ha recorrido para llegar a la vicepresidencia de Colombia: desde su liderazgo social en defensa de su territorio, La Toma, en el Cauca, hasta su sorpresiva campaña en política electoral que resultó en la vicepresidencia. Hablamos con varias integrantes del equipo del documental sobre la construcción de este, y las reflexiones que suscita una figura política como la de Márquez en nuestro país.
“A mí me han dicho que soy una igualada… ¡Pues sí! Soy una igualada, ¿y qué?”
Una Francia Márquez aparece en pantalla arriba de una tarima, hablándole a una masa emocionada en Bogotá, rodeada de escoltas que la cubren con escudos de seguridad. La escena que abre el documental ‘Igualada’ nos recuerda una de las imágenes más impresionantes que nos dejó la campaña presidencial de Gustavo Petro y Francia Márquez en 2022.
El nuevo documental del director Juan Mejía, y un equipo integrado por varias mujeres de gran trayectoria, se apropia del concepto de ‘Igualada’, un término con connotación clasista y racista en nuestro país, para señalar lo que ha representado la figura de Francia Márquez en la política electoral: una mujer que se convirtió en un fenómeno político para varios sectores de la sociedad, así como una política que ha tenido que vivir en carne propia las violencias que normalmente viven las mujeres que participan en política, sumado al racismo estructural que seguimos sin erradicar en el país.
Sin embargo, el corazón del largometraje se enfoca en recordar el largo camino en política que ha recorrido Márquez como lideresa social y minera artesanal del corregimiento de La Toma, en Suárez, Cauca, pasando por el doloroso momento, la masacre de Llano Verde, que la terminó de convencer para lanzarse a la política electoral, su histórica participación en la consulta del Pacto siendo de las precandidatas más votadas, hasta su asignación como fórmula vicepresidencial de Petro.
“Lo que sí teníamos muy claro nosotras es que la película era sobre las luchas de Francia, y de ese movimiento social que se formó alrededor de su campaña, y que la impulsó hasta donde llegó”, explica Mejía, quien entabló relación con Márquez desde 2006, cuando él hacía un documental sobre el desplazamiento forzado de comunidades afrodescendientes del Cauca y ella ya era una lideresa en su comunidad.
Con él, y con el resto de su equipo, hablamos sobre el proceso detrás de este documental, sobre la figura pública y privada de Márquez, y las reflexiones que hace esta producción sobre las violencias que esta ha tenido que enfrentar.
‘Igualada’ arranca cuando Francia Márquez decide lanzarse a la política electoral, pero ustedes no sabían cómo iba a terminar, pues su triunfo en la consulta y su elección como vicepresidenta eran cosas que no se podían prever. ¿Cómo fue diseñar la estructura del documental con un final que desconocían? ¿Cómo esa incertidumbre cambió la planeación de esta producción?
(Responde Juan Mejía, director).
Sí, es muy cierto que el final de Igualada siempre fue incierto. En realidad nosotros pensamos en dos momentos distintos, que ya se había acabado la película, porque fueron dos momentos en los que se pensaba que ya que ya la campaña no iba más por falta de recursos, por conflictos con el Pacto, por distintas razones… pero lo que sí teníamos muy claro nosotras era que la película era sobre las luchas de Francia, y de ese movimiento social que se formó alrededor de su campaña, y que la impulsó hasta donde llegó. Y teníamos muy claro que la peli iba hasta donde llegara Francia y ese movimiento, por sí mismos.
Es decir: siempre sabíamos que si se llegaba a la consulta, ese iba a ser el fin de la película porque hasta ahí era, de verdad, una lucha de ese movimiento. Y a partir de que Francia ya es postulada como vicepresidenta, ya es una lucha un poco distinta, ¿no? (…) es un movimiento distinto y esa campaña ya es otra campaña, y es de Petro y de Francia no solo de Francia. (…) Entonces después de la consulta yo pensé que ahí terminaba. Es más, había un final de la peli que llegaba hasta ahí, pero todo el mundo que la vio en ese estado decía: ‘no, no puede ser, tienen que mostrarnos que sigue, tienen que mostrar hasta dónde llegó, todo lo que se logró’. Entonces después añadimos ese nuevo final que es como un epílogo de la peli.
¿Qué podrían decir sobre la división entre la Francia Márquez política y la Francia Márquez en los espacios de intimidades, con les suyes? ¿Cuáles eran las principales diferencias?
(Responde Sonia Serna, productora):
Es difícil pensar dicotómicamente lo público-político y lo íntimo-privado, porque nuestra relación durante el rodaje que, sabemos, estaba basada en relaciones de amistad y de mucha familiaridad previas, especialmente al periplo que va del 2020 al 2022, hizo que (…) el rodaje fuera nuestra vida cotidiana. O sea, estábamos juntas todo el tiempo, a veces rodando a veces sin rodar.
(…) Era muy fácil fluir con la cámara y cuando aparecían las líneas rojas, lo que no podíamos cruzar, eso se ponía de manifiesto y se negociaba. Que no fuera dicotómico no quiere decir que fuera, o que yo lo piense, como un espacio de absoluta intimidad entre quienes hicimos este proyecto. Y una relación (…) con los y las protagonistas no quiere decir que fuera inocente sobre la representación y lo que significa ser representado; siempre estaba abierto a negociación, a reformulación de los acuerdos, y eso se podía decir de manera articulada con palabras o con lenguajes corporales.
En últimas aprendimos a entendernos muy bien y a saber cuando alguien estaba incómoda, cuando entendíamos que ese momento no era para las cámaras. Esas líneas rojas, aparecían relacionadas sobre todo con su familia y su comunidad. (…) He de decir que nuestra protagonista conoció el documental en su último corte y no censuró ninguna de las de las escenas o imágenes.
¿Cómo describirían la relación que tiene el archivo del documental con el tiempo presente que intentan mostrar en esta producción, y cómo concibieron ese diálogo entre archivo y actualidad para la construcción del documental?
(Responde Juan Mejía, director):
El archivo de Francia mucho más jovencita fue archivo que grabamos nosotras entre el 2009 y el 2011, cuando Francia era una de las lideresas encabezando esa lucha por la permanencia en el territorio de la Comunidad de La Toma. Ese archivo estuvo perdido por un tiempo: cuando se tomó la decisión de que íbamos a hacer la película de la campaña, y esa última lucha de Francia, no encontrábamos ese material. Finalmente estaba guardado en el sótano en una casa.
(…) Inicialmente la verdad no sabía qué tanto de ese archivo íbamos a incluir, y los primeros cortes de la película tenían muy poco, pero cuando los vimos dentro del corte nos dimos cuenta que ese material era muy valioso y muy precioso, y que en realidad llevaba hasta cierto punto el corazón de la película. (…) Entonces mediante progresó el proceso de edición, comenzamos a cambiar ese balance y a meter un poco más y un poco más de ese archivo, porque de verdad ese material se vuelve fundamental en entender de verdad quién es Francia, y de dónde viene. Y eso es vital para entender a su vez la campaña.
Márquez es una mujer conocida por cuidar mucho su círculo cercano y tener muy pocas personas alrededor de ella, también por las violencias y el racismo que ha vivido en su activismo y su carrera política. ¿Cómo lograron acceder a espacios privados de su vida y se ganaron su confianza para poder hacer esta producción? ¿Qué podrían decir sobre la experiencia de frecuentar sus espacios más privados e íntimos?
(Responde Juan Yepes, productor).
Para Igualada fue muy importante que todo comenzó con una relación de muchos años. Juan el director y Sonia la productora ya conocían a Francia hace mucho tiempo, y tenían una relación de otros trabajos, proyectos que se hicieron en común, y que hicimos juntas desde hace tiempo. Esto llevaba a tener una relación más íntima que se dio con el tiempo, aunque durante las conversaciones de cómo hacer Igualada se habló claro con Francia de la demanda que tendría de su tiempo, de su privacidad, y momentos vulnerables en los que íbamos a estar juntas.
Ella fue muy consciente de eso, siempre fue muy generosa con su tiempo y con seguirla en todo ese tiempo complicado de campaña, de estar en reuniones, de estar hablando con gente. Quedamos muy agradecidas con eso, porque se abrió mucho la producción (…), y fue muy provechoso para el documental: pararnos en esa relación para poder estar haciendo Igualada, y tener esos momentos íntimos que se pueden ver.
La simple existencia de Márquez en política nos ha enfrentado obligatoriamente a la violencia racista que existe en Colombia de forma desatada. ¿Qué preguntas se hicieron sobre el racismo en Colombia con esta producción, y cómo quisieron abordar el tema en el documental?
(Responde Sonia Serna, productora).
El racismo no solo estaba presente desde el principio del documental, sino que de hecho es una de las razones por las cuales este existe y en la que se cimienta la mayor parte de mucho del equipo de producción: denunciar el racismo, hablar de cómo funciona el racismo de la forma más manifiesta, pero también de la más cotidiana, (…) es una línea de trabajo político y de trabajo artístico que además nos junta al equipo de trabajo, y nos junta con su protagonista desde hace muchísimos años.
De hecho cuando el director elige Igualada como el título de la película, que eso ocurre muy al principio del proyecto, lo hace porque es un insulto racista. (…) No obstante (…) también tratábamos de cuestionar nuestro lugar en ese ensamblaje de relaciones que construimos a través de la película y qué significaba, por ejemplo, un hombre (…) como el director blanco, o que un equipo de producción mayoritariamente blanco, estuviera a cargo de esta película. Eso constituyó conversaciones largas, profundas y sentidas… no somos inocentes sobre cómo constituimos el equipo de trabajo.
El escalamiento del racismo en contra de ella ha sido ha sido una locura. (…) Además fue muy interesante para nosotras ver, que estuvimos ahí minuto a minuto en esa campaña, como se pasó de la condescendencia (…), y cuando a ella se le da el lugar de ser la fórmula vicepresidencial en la etapa final de la campaña, cómo inmediatamente ella pasa de ser esa figura revestida de ternura y de inocencia, a convertirse en una amenaza real. En cuanto su aproximación al poder se robustece y las formas de llegar se vuelven más claras, la cosa empieza un poco a salirse de control.
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El documental estará disponible en cines de Bogotá, Valledupar, Medellín, Manizales, Cali y Buenaventura desde el 21 de agosto.