Kanye West y el privilegio del ‘genio incomprendido’

‘¿Por qué Britney Spears sí necesita una custodio legal y Kanye West no?’ 

Esta es una pregunta que muchas personas han hecho en redes, a raíz de los sucesos que ha protagonizado el rapero en los últimos años, y sobre todo en las últimas semanas. Progresivamente pasó de ser uno de los hombres más importantes en la industria de la moda y la música en los últimos años, a una amenaza para la comunidad judía, afroamericana, celebridades de la moda, su propia familia y hasta sí mismo.

La polémica alrededor del artista estadounidense de 45 años, quien se rebautizó con la palabra bíblica ‘Ye’, volvió a estallar en las últimas semanas. Comenzó con el último desfile de su marca Yeezy. En este el artista lució una camiseta con el mensaje“WHITE LIVES MATTER” (las vidas blancas importan) acompañado de la comentarista pro Trump Candance Owens. En este desfilaron mujeres como Michele Lamy y Naomi Campbell. El mensaje fue rechazado entre la comunidad afro y el sector de la moda: la editora afroamericana de Vogue, Gabriella Karefa Johnson lo criticó duramente en redes. Él respondió con bullying público, hostigándola, algo que provocó el rechazo de la comunidad. 

No contento con esto, West luego afirmó en el podcast Drink Champs que George Floyd había muerto por consumir fentanilo y no asesinado por el policía Derek Chauvin. Lo cual generó una demanda por difamación de 250 millones de dólares por parte de la familia de Floyd. El rapero siguió con sus discursos de odio, y difundió comentarios antisemitas en redes sociales y en Fox News. Esto provocó manifestaciones antisemitas en ciudades como Los Ángeles.

El comportamiento reciente de Ye ha causado, por fin, que sus grandes aliados le cerraran las puertas. Firmas como Balenciaga, Adidas, Gap, Foot Locker, Skechers, entre otros, y su agencia de representación CAA, le cancelaron sus contratos por actos racistas y antisemitas. Hace un día el artista también anunció el cierre súbito de su polémica academia Donda. Esta no estaba registrada y muchos la comparaban con una secta de jóvenes.

Esto es todo lo que ha hecho Kanye West en solo semanas. Sin embargo, el rapero lleva años en una carrera llena de discursos violentos, alianzas con grupos supremacistas y hostigamiento constante incluso contra la familia de su ex esposa Kim Kardashian. ¿Por qué ha podido llegar tan lejos saliéndose con la suya? ¿Por qué hasta ahora hay consecuencias?

Su comportamiento errático y violento ha suscitado la comparación entre su caso y lo que vivió hace años la cantante Britney Spears. Por salir de fiesta y raparse la cabeza en medio de un divorcio mediático, fue concebida como ‘loca’ para la sociedad de ese entonces. Britney estuvo sometida a una tutela legal sobre su custodia y su patrimonio a cargo de su padre Jamie Spears, quien la encerró por 13 años. ¿Por qué Kanye ha podido convertirse en una amenaza para la sociedad sin ninguna tutela legal y a Britney la encerraron 13 años por una época de inestabilidad mental?

La respuesta es que Kanye no merece lo que vivió Britney. Así sea por motivos de salud mental, o incluso por reproducir discursos de odio, nadie debería ser privado de sus derechos humanos. Pero comparar ambos casos sí genera un cuestionamiento sobre las consecuencias que enfrenta una mujer de Hollywood considerada ‘loca’. Versus Kanye West, que sigue siendo visto por algunos como un genio loco, o incomprendido. ¿Si la sociedad concibe como ‘locas’ a dos figuras mediáticas de la misma industria, por qué el trato ha sido tan diferencial?

La manera en la que concebimos la supuesta locura en hombres y mujeres es la respuesta. Kanye no solo ha sido considerado un genio musical. Él mismo ha hecho alarde de esto, algo que lo privilegia para decir y hacer lo que se le ocurra sin consecuencias, hasta ahora. En cambio, Britney fue considerada “loca” en su momento por acciones que afectaban su bienestar. A diferencia de Kanye, la carga de la mal llamada locura de Britney fue concebida con una carga muy negativa. No solo por los medios sino por la justicia, que permitió que esta tutela legal estuviera vigente hasta hace un año

Ambos artistas son un ejemplo perfecto para analizar cómo la concepción de la salud mental viene cargada con un sesgo de género: mientras para los hombres se relaciona con ser genio y creativo, para nosotras se traduce en salirse de la norma que implica ser mujer. 

Se sabe que Kanye obtuvo su diagnóstico bipolar en 2016 y lo dio a conocer al público dos años despúes en su album ‘Ye’. Luego le dijo a Donald Trump que había recibido un diagnóstico erróneo. Y en ese vaivén ha seguido hasta este año. No se sabe con certeza cuál es el tratamiento que ha recibido pero se especula que no toma sus medicamentos. Su diagnóstico es argumento para justificar su violencia, así como la figura del “genio” loco en el pasado justificaba cualquier actitud de los hombres que creaban. 

A final del siglo XIX, debido a psiquiatras como Édouard Toulouse, se creía que poetas, artistas y músicos tenían un perfil de sensibilidades nerviosas desequilibradas y que esto resultaba en inestabilidad mental. Esa idea del genio loco se reforzó en el siglo XX: mentes masculinas que por su ingenio y creatividad desbordaban en “locura” y aportaban los mayores inventos de la humanidad en las artes y la ciencia.  

Mientras tanto la “locura” femenina ha sido condenada en un principio al asilo, luego a la lobotomía, a los fármacos de las amas de casa desesperadas, hasta llegar a la vergüenza pública como la que vivió y aún vive Britney Spears. Nuestra historia con la salud mental ha sido diferente. Por ejemplo: Entre 1949 y 1951 la gran mayoría de pacientes a las que se les realizó una lobotomía fueron mujeres. Aquellas que no encajaban con el ideal de ser una mujer dócil, sumisa y al servicio del hogar. Pocos años después, la lobotomía fue reemplazada por tranquilizantes como Clorpromazina. 

La norma social de cómo debe ser una mujer cambió con el tiempo, pero la condena por salirse de la misma siguió teniendo un gran peso. Britney Spears lo vivió. Su caso se volvió mediático gracias a sus fans. Así el mundo supo que había sido despojada de sus derechos humanos gracias a una custodia corrupta. Después de saltar a la fama en 1999 y convertirse en la Princesa del Pop, Britney se casó a los 22 años y tuvo dos hijos con Kevin Federline. El matrimonio no funcionó, y el divorcio se volvió uno de los más mediáticos de la historia. Mientras Britney buscaba sacar, no solo a su ex de su vida, sino también a su familia tóxica, se le vio yendo de fiesta con Paris Hilton y mostrando un comportamiento “errático” para la época, cuando en realidad solo actuaba como una joven en sus 20s.

La presión y persecución de los medios, los problemas con su familia y la pelea por la custodia de sus hijos, la llevó a vivir sucesos por los cuales su padre aprovechó para pedir su custodia legal en 2008. En 2019, surgió el movimiento #FreeBritney para hacernos conscientes de la injusticia que llevaba viviendo la artista desde hacía una década, y el estigma tan violento con el que sigue lidiando hasta hoy. Cuando Britney dejó de ser esa chica sureña virginal y decidió tomar las riendas sobre su sexualidad y sobre el resto de su vida, se convirtió en una “loca”. De esas a las que había que encerrar o lobotomizar. 

Con Kanye ha sido muy diferente, y esta ‘locura’ lo ha puesto en un lugar de privilegio, sin consecuencias hasta hace pocos días. Él ha querido heredar con orgullo este concepto que se ha traspasado durante siglos del ‘genio’. Así se llama él en el documental «Jeen-Yuhs:Una Trilogía de Kanye West». Sus fans y ex esposa Kim Kardashian se han referido así sobre él. Aunque con los años sectores de la sociedad han dejado de excusar a Kanye con “hay que entenderlo, es que es un genio”, el daño ya está hecho. Pero, ¿cómo es que llegó tan lejos y hasta ahora nos dimos cuenta?

El historial de ataques viene de atrás. No solo por haber apoyado a Donald Trump. Su relación con Kim Kardashian es una muestra de ello. El inicio de este tuvo varias red flags y luego de un largo matrimonio (para Hollywood), se hicieron públicas varias situaciones que llevaron a Kim a divorciarse de Ye. Este, por ejemplo, contó durante su campaña presidencial que cuando Kim quedó embarazada de North West, contemplaron la posibilidad de abortar. “Casi mato a mi hija” dijo Kanye, ventilando una situación privada para explicar que estaba en contra del aborto. 

Cuando todavía estaban casados, Kim tuvo que salir a declarar en su cuenta de Instagram que Kanye sufría de desorden bipolar. Dijo que los que eran cercanos a él entendían que su corazón y sus palabras a veces no alineaban con sus intenciones. Todo esto en medio de un ataque de tuits, en el que Kanye dijo que su familia le había enviado a su rancho en Wyoming dos doctores para ponerlo bajo el código “5150”. El nombre que se le da a una detención involuntaria de 72 horas en un centro psiquiátrico cuando un paciente tiene una crisis de salud mental. La misma en la que pusieron a Britney antes de meterla a la custodia. 

Tras el divorcio, la obsesión de Kanye por su ex siguió. En repetidas ocasiones dijo que la iba a recuperar, hablaba mal de ella en los medios, y publicaba sus conversaciones privadas en redes sociales. También amenazó de muerte al actor y comediante Pete Davidson, su ahora ex pareja, hasta en el video de la canción “Eazy”. Esa obsesión ha tenido consecuencias como Kim teniendo que fortalecer su esquema de seguridad y el de sus hijos después de que Kanye reveló el nombre del colegio en el que estudian

Kanye no solo ha representado una amenaza para su propia familia, sino que ha sido un peligro para el panorama político. Este ha protagonizado en varias ocasiones los titulares de los medios debido a su apoyo al ex presidente Donald Trump. También expresó en 2018 que amaba cómo pensaba Candance Owens, comentarista estadounidense que promueve el “conservadurismo negro” y que criticó al movimiento Black Lives Matter. Kanye también hizo comentarios sobre el racismo y cómo para él este no es un factor decisivo. En 2018, en una aparición en TMZ, dijo que la esclavitud era una opción. “Cuando escuchas sobre la esclavitud durante 400 años… ¿durante 400 años? Eso suena como una elección (…)”. 

A pesar de esto, las relaciones de Kanye permanecían intactas y seguía firmando contratos grandes con firmas. En mayo de 2021, su marca Yeezy firmó un contrato de 10 años con GAP. Sin embargo, en septiembre de 2022, Kanye terminó la relación comercial con GAP alegando incumplimiento de contrato. Aún con la polémica de “WHITE LIVES MATTER”, compañías como Adidas no habían cancelado relaciones comerciales con el rapero. El seis de octubre, Adidas se pronunció públicamente y declaró que la sociedad con Kanye estaba ahora bajo revisión. 

La relación se rompió cuando Kanye, montado en su privilegio de un hombre poderoso que se cree un genio incomprendido, dijo “puedo decir cosas antisemitas y Adidas no puede dejarme”. Una pregunta queda en el aire tras la decisión de Adidas: ¿Por qué hasta que Kanye empieza con sus ataques antisemitas la marca toma una decisión, cuando miembros de la comunidad afroamericana han llamado la atención por mucho tiempo sobre sus violencias? 

Por muchos años, la industria de la moda y la música apoyaron a Kanye West en sus ideas y proyectos a pesar de tantos comentarios y sucesos desafortunados. La sociedad siempre le excusó a Kanye sus salidas en falso debido a su “genialidad” en los diferentes frentes en los que se desempeñaba. Su música, la producción y su trabajo como director creativo en diferentes proyectos de moda. Finalmente, después de estas últimas semanas y, sobre todo, después de sus comentarios antisemitas, el “genio loco” ha llegado a su fin. ¿Qué tanto tuvo que pasar para que siguiéramos validando a una persona que representa una amenaza real para poblaciones enteras? ¿Qué tan poco tiene que hacer una mujer para terminar encerrada durante 13 años con el mundo en contra? 

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