#LibresNoMuertas: 17 víctimas de feminicidio en febrero de 2021

Cada vez que realizamos el artículo para nuestro conteo de #LibresNoMuertas desearíamos no hacerlo. Febrero tampoco fue el mes en el que podríamos haber dejado de contar mujeres y niñas como una cifra macabra que sigue expandiéndose. Seis  niñas y siete mujeres fueron víctimas de feminicidio. Otras cuatro mujeres trans fueron víctimas de transfeminicidio, un crimen que aumentó durante este mes. Los feminicidios registrados durante febrero tuvieron lugar en doce de los 32 departamentos del país, siendo Valle del Cauca el más afectado, con tres feminicidios registrados.

El seis de febrero, en Cali, la capital del departamento, Giovanna Betancourth, una mujer trans, fue encontrada sin vida en el Cementerio Metropolitano de la ciudad. Quería ser esteticista para dejar el trabajo sexual que ejercía, pues le había comentado a las personas más cercanas a ella que ejercer la prostitución en la calle era muy peligroso. En honor a su memoria, el próximo #8M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las mujeres trans de la capital del Valle planean un plantón en ese lugar para recordar a Giovanna y exigir justicia para ella.

Ese mismo día, pero en Sincelejo, Sucre, Angie Priscilla Jeaniot, de 35 años, murió después de que recibió una puñalada en el tórax. Angie era una lideresa social que había sido amenazada por grupos paramilitares no solo por su liderazgo, sino por su identidad de género: también era una mujer trans. Después de sufrir un desplazamiento forzado, había logrado retornar a Sincelejo.

Seis días después, el 12 de febrero, una mujer trans de 32 años fue encontrada en Calarcá, Quindío, con varias heridas de arma blanca en la espalda. Fue el tercer feminicidio registrado en este mes. Finalmente, el 14 de febrero, Angie, una mujer trans venezolana, fue atacada por un hombre desconocido que la apuñaló. Unas horas después murió en la Clínica Materno Infantil en Soledad, Atlántico.

Ante la violencia registrada contra las mujeres trans este mes, en esta entrega de #LibresNoMuertas sobre los registros de feminicidios en febrero conversamos con Alejandra Llano, psicóloga y parte del equipo de investigación del Observatorio Ciudadano Trans de Santamaría Fundación, una organización que lleva 16 años luchando por los derechos fundamentales de las personas trans en el Valle del Cauca. Hablamos con ella sobre los transfeminicidios como crímenes de odio, las luchas que van a reivindicar este #8M y la memoria que se construye alrededor de la vida y la muerte de las mujeres trans.

Se acerca el 8M y terminamos febrero con un panorama que no mejora. Seguimos registrando feminicidios y transfeminicidios en todo el país, pero sobre todo en el Valle del Cauca.

Para nosotras es muy importante salir este 8M en señal de rechazo y protesta en contra de toda esta ola de violencia que a la fecha ya nos deja un panorama a nivel nacional y a nivel local lamentable con seis compañeras trans muertas. Esas son las que tenemos registradas, puede que haya más.

Entonces queremos salir a decir no más. A detener esta ola de transfobia que lamentablemente se está llevando a nuestras hermanas y compañeras trans. Para nosotras es sumamente importante que se nos escuche, que el Estado atienda de una vez por todas nuestros reclamos para que estos crímenes no sigan ocurriendo y los que ya ocurrieron pues que sean investigados y los agresores judicializados.

Aquí en Cali la más reciente fue nuestra hermana y compañera Giovanna Betancourth que lamentablemente el pasado seis de febrero fue asesinada allí en las afueras del Cementerio Metropolitano del Norte. Por eso el plantón lo queremos hacer en esta zona: nos parece muy significativo que sea allí donde cayó nuestra compañera, también para reivindicar ese hecho.

¿Cómo ha respondido la Gobernación del Valle y las alcaldías locales frente a la #EmergenciaNacionalPorFeminicidios?

Desde nuestra experiencia la respuesta ha sido poco satisfactoria porque seguimos evidenciando todos estos hechos de violencia que se vienen presentando. Además de los transfeminicidios siguen los hechos de violencia: las compañeras siguen siendo maltratadas, sobre todo las mujeres trans que ejercen trabajo sexual en calle, que son quienes están más expuestas a todas estas violencias por el contexto en el que lamentablemente deben ejercer su trabajo.

Sentimos que no hay una respuesta oportuna y efectiva ni por parte de la administración local, ni departamental, porque no hay garantías de seguridad. Lamentablemente cuando ocurren estos hechos, como los transfeminicidios, tampoco hay garantías de acceso a la justicia porque no son investigados los casos y hay una impunidad superior al 90 por ciento en la mayoría.

¿Consideran que las instituciones están haciendo algo para enfrentar de manera diferente las violencias basadas en género en este 2021 frente a lo que fue 2020?

No, nosotras consideramos que no se está haciendo nada por parte de las instituciones. Es decir, la ola de violencia sigue, pues los datos hablan por sí solos. Creo que han aumentado. Porque si ya llevamos seis transfeminicidios a nivel nacional, no me quiero ni imaginar cuántas compañeras más van a ser asesinadas en todo el año. (…) No se les hace seguimientos a estas denuncias de lesiones personales, por ejemplo o tentativa de transfeminicidio. Consideramos que la respuesta sigue siendo la misma del año anterior e incluso peor.

La fundación lleva 16 años trabajando por la lucha de los derechos fundamentales de personas trans, ¿Qué avances ha habido en estos últimos años?

En estos 16 años que llevamos como organización el avance más significativo en tema de derechos para las personas trans fue el decreto 1227 de 2015 por medio del cual se logra modificar el componente sexo en el documento de identificación: registro civil y en la cédula y eso permite un avance para el acceso a las compañeras a este derecho de la identidad.

¿En la experiencia que has tenido con la fundación, cuál es la motivación de los transfeminicidios?

Son la máxima expresión de la transfobia, que es este odio a las personas trans debido a su identidad de género. (…) Somos doblemente castigadas: en una sociedad machista y patriarcal como esta, se castiga todo lo femenino y a nosotras nos matan no solo por ser mujeres, sino por ser trans. Los transfeminicidios son claramente crímenes de odio.

¿Cuáles son las diferencias de ciclos de vulnerabilidad que hay entre las mujeres trans y las mujeres cis?

A las mujeres trans las instituciones no les atienden el llamado que se hace desde que empieza el ciclo de violencia, (…) y hay una revictimización que genera una barrera. La mujer trans que es agredida o violentada no va a ir a denunciar porque en esta institución le van a desconocer su identidad, la van a culpar a ella de lo que está pasando, pues se evidencia un prejuicio todavía y una criminalización de las identidades trans.

Como no se denuncia, pues no se hace una investigación y sigue avanzando el ciclo y termina, en la mayoría de los casos, en un transfeminicidio (…). Las mujeres trans estamos en unos contextos de vulnerabilidad muchos más altos, porque la mayoría no ha tenido otra opción de trabajo que el trabajo sexual. A lo largo de la historia el trabajo sexual y la peluquería han sido las únicas posibilidades para obtener recursos y al estar en una calle están mucho más expuestas a ser víctima de cualquier tipo de ataque por parte de cualquier persona que se sienta con el derecho de agredir o incluso de asesinar.

¿Qué pasa con los asesinatos donde hay tortura o sevicia?

Vemos que hay sevicia en los crímenes que se cometen contra ellas, por ejemplo, atacando las partes femeninas. Son crímenes donde se evidencia el odio, donde no hay una puñalada sino cuarenta contra esa mujer. Ahí se puede evidenciar que hay toda una estrategia de asesinar y dejar un mensaje a la sociedad de que esa identidad está mal y que hay un deseo de que se extingan esas personas. Por eso siempre hemos dicho que los transfeminicidios son crímenes de odio y que deben tipificarse como tal para que así mismo sean investigados y sean dadas las sentencias a los agresores. Pero lamentablemente eso es lo que no se ha logrado.

En nuestra base de datos contamos al menos 17 feminicidios incluidos los transfeminicidios, es inevitable preguntar ¿por qué nos siguen matando?

Nos siguen matando porque no se hace el seguimiento a los casos, no se hace la investigación pertinente, la captura y judicialización del agresor para también enviar un mensaje de rechazo a esto. Es decir, un sujeto mata a una mujer trans y no hay un castigo evidente. Entonces, ¿Qué mensaje están mandando las instituciones del Estado al resto de la sociedad, si no hay un castigo ejemplar para los hombres que hacen eso?

Es un deber del Estado hacer seguimiento a estos casos, que se investiguen a profundidad los hechos para capturar a los feminicidas y transfeminicidas, que no puedan seguir libres haciendo daño a otras mujeres y niñas. También es importante que las rutas de denuncia sean más accesibles y mucho más amigables, con un enfoque diferencial y humano para que las personas sientan que son lugares seguros para acercarse a denunciar y así se puedan prevenir feminicidios y transfeminicidios.

Además de un accionar más efectivo por parte de las instituciones estatales, ¿qué más se necesita por parte de la sociedad para reducir las violencias en contra de las niñas y mujeres cis y trans?

Hay que hacer mucha pedagogía constante, en Santamaría Fundación hacemos ese trabajo. Nosotras siempre estamos dispuestas a llegar a estas instituciones a hacer capacitaciones en enfoque diferencial, para que también se empiece a tratar el tema trans porque la mayoría de estos ataques son por ese odio que viene desde la ignorancia frente al tema. Es decir, atacan lo que desconocen y que les parece que está mal. Educando a la gente en los temas trans y de género, pues abre la perspectiva, genera sensibilidad y puede haber respeto por otras identidades y otras formas de ser. Ahí habría un paso más para la reducción de transfeminicidios y feminicidios.

Hablemos de la memoria, aún hoy vemos que cuando se registra un transfeminicidio, muchos medios e incluso personas no respetan la identidad de la mujer que ha sido víctima de este crimen, ¿Qué implicaciones tiene esto?

Existe un alto subregistro porque se siguen documentando los casos de compañeras trans víctimas de transfeminicidio como hombres y se pierden en la cifra de homicidios a hombres y no son registradas como mujeres trans. Otra cosa que pasa es que son registradas como una persona perteneciente al sector LGBT, pero al ponerle así, no se evidencia que es una mujer trans. Lo dejan abierto a la libre interpretación: puede ser un hombre gay, un hombre bisexual… Siempre le hemos solicitado a la Fiscalía que desde el momento del levantamiento del cuerpo se tipifique que es una mujer trans así en su documento aparezca con sexo masculino, pues muchas compañeras no han tenido la posibilidad de hacer el cambio (…) Incluso muchas veces las organizaciones tenemos más información que la Fiscalía.

Además, el hecho de que registren el asesinato de una compañera como un hombre, pues hace que se pierda toda la posibilidad de que se tipifique como transfeminicidio en todas las entidades correspondientes porque va a aparecer un hombre. Nos dejan a las organizaciones y a las familias sin argumentos para pedir que se investigue así, entonces no va a tener esa connotación para que las sentencias y penas sean más duras.

Ustedes llevan años haciendo un ejercicio de memoria con las mujeres trans, con la iniciativa de estrellas fucsia, ¿cuál ha sido el impacto de este ejercicio de memoria?, ¿qué respuesta han obtenido de la gente?

Estrellas Fucsia es nuestra campaña de memoria que llevamos haciendo desde el 2008 con la que queremos resignificar y reivindicar estos actos de transfobia en los que hemos perdido a tantas compañeras. Entonces, lo que hacemos es llegar a la zona donde murió o donde fue asesinada y pintamos una estrella fucsia, que significa que ahí quedó una de nuestras compañeras y que así mismo la gente pueda verla y empiece a adoptar esto.

Es una estrategia de visibilización porque la gente muchas veces no tiene ni idea de que suceden los transfeminicidios. Muchas veces la gente se nos acerca cuando pintamos la estrella, entonces les entregamos un folleto, información, para que empiecen a asociar también el símbolo con la memoria de una compañera.

¿Dónde tiene lugar Estrellas Fucsia?

En este momento lo estamos haciendo en el Valle del Cauca y en otros municipios de otros departamentos. Cualquier otra organización lo puede hacer. La idea es que esa campaña sea mucho mayor.

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