Los resultados de la primera vuelta presidencial del 29 de mayo fueron, por lo menos, sorpresivos. Aunque algunas encuestas mostraron el aumento rápido de la intención de voto por Rodolfo Hernández, fue una novedad que Federico Gutiérrez saliera de la carrera, la carta del continuismo y de la derecha colombiana. Hernández, el empresario y “outsider” santandereano recibió casi seis millones de votos. Con el triunfo aumentó la popularidad y el escrutinio, que expuso con más atención sus escándalos mediáticos.
Después de la primera vuelta, y de ser señalado en las últimas semanas como un hombre con un discurso machista, homofóbico y xenófobo, pareciera que Rodolfo Hernández ha sentido la necesidad de quitarse de encima la etiqueta de retrógrado y acercarse a los sectores más progresistas del electorado colombiano.
Hay varios hechos de estos últimos días que podrían demostrar su urgencia. El dos de junio, cuatro días después de la primera vuelta, en pleno inicio del mes del Orgullo, el candidato anunció que iba a garantizar los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en caso de ser elegido presidente este 19 de junio. Como argumento mostró unas fotografías de la alcaldía de Bucaramanga y aseguró: “Mi alcaldía fue la primera en la historia de Colombia en izar la bandera LGBTIQ+”.
El intento por acercarse a esta población no salió bien. De inmediato, organizaciones y activistas del movimiento LGBTIQ+ de Bucaramanga salieron a desmentir al candidato. Una de ellas fue la activista LGBTIQ+ Olga Materón. Ella asegura que fue quien gestionó y financió la izada de la bandera en el edificio de la Alcaldía, sin recursos públicos. Por otro lado, el equipo de RedCheq verificó que fue la Alcaldía de su contrincante, Gustavo Petro, la primera en izar la bandera en 2013. Lo anterior ocurrió en la inauguración del Centro de Ciudadanía LGBTI en Bogotá.
¿Qué tan cerca, o qué tan lejos, está cada candidato de garantizar realmente los derechos de las comunidades diversas en Colombia? ¿Voluntad real o búsqueda de votos? En MANIFIESTA conversamos con organizaciones que han luchado en diferentes territorios por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ para analizar ambos escenarios. De su mano revisamos las gestiones como alcaldes de cada uno: en Bogotá, en el caso de Petro, y de Bucaramanga, en el de Hernández, así como las propuestas en sus programas de gobierno.
Aunque de entrada parece haber un avance en la inclusión de la comunidad LGBTIQ+ en los programas de gobierno de los candidatos, esto no es suficiente garantía para las organizaciones. De hecho, hay algunas que hablan de instrumentalización de la comunidad diversa en campaña electoral.
Las acciones valen más que mil palabras
“Independientemente que la violencia se haga contra la población trans, puede ser cualquier ciudadano o ciudadana que sufre esos ataques, esa barbarie. La solución de los políticos es poner más policías”, la respuesta ante la pregunta sobre asesinatos a personas trans en Colombia la contestó Rodolfo Hernández en el programa ‘El País de los Jóvenes’, de Caracol Televisión, el pasado 28 de abril.
La pregunta la hizo Danne Aro Belmont, directora de la Fundación GAAT, que trabaja por los derechos de las personas con experiencias de vida trans en Colombia. La activista le dijo al candidato más de una vez que no había respondido y que desconocía con su respuesta la sistematicidad de la violencia. Esto es cierto.
Juan Felipe Rivera, coordinador del área de litigio en Colombia Diversa, explica que los homicidios, amenazas y violencia policial conta las personas LGBTIQ+ son la última etapa de un continuo de discriminación y rechazo que hay a lo largo de sus vidas. «Cualquier presidente y gobierno serio entendería que no es solo mirar qué está pasando en el caso de una persona que mataron, sino que entendería que hay que atacar las causas de raíz. El mecanismo ideal para hacer esto es una política pública y un plan de acción desde la presidencia de la República para los próximos años de gobierno».
Pero las campañas a la presidencia no solo viven de declaraciones públicas o respuestas en debates. En esta contienda hay una ventaja para la ciudadanía, y es que es posible medir gestiones previas de administración en el caso de cada candidato. Gustavo Petro fue alcalde de Bogotá de 2012 a 2015, y Rodolfo Hernández fue alcalde de Bucaramanga de 2016 a 2019. Se puede comparar el abordaje que se hizo de los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en cada alcaldía.
“Estas elecciones presidenciales, a diferencia de las pasadas, los cuatro candidatos que iban punteando en las encuestas ya habían sido gobernantes seccionales y habían trabajado asuntos LGBT, menos Rodolfo”. Afirma Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo. Esta organización promueve los derechos y el acceso a la justicia de la comunidad LGBTIQ+ en el Caribe latinoamericano. Wilson afirma que de los cuatro candidatos en primera vuelta, Rodolfo Hernández no tuvo un programa concreto para personas LGBTIQ+ en Bucaramanga. Respecto a Gustavo Petro afirma que “Lideró la implementación de la Política Pública LGBTIQ+ en Bogotá”.
Hay cuatro puntos relevantes en la alcaldía de Gustavo Petro sobre la comunidad LGBTIQ+. El primero es que promovió en 2012 la contratación de más de 100 personas de la comunidad LGBTIQ+ como parte de su gobierno en Bogotá. Una de ellas fue Tatiana Piñeros, mujer trans que asumió la dirección de gestión corporativa en la Secretaría de Integración. También contrató a personas de la comunidad como Marina Avendaño, Juan Carlos Prieto y Blanca Inés Durán en la Subdirección local de Integración Social en Chapinero, la Dirección de Diversidad Sexual y en la Dirección de la Defensoría del Espacio Público.
Ese mismo año inauguró la Subdirección para Asuntos LGBT, con el propósito de reestablecer los derechos y erradicar la discriminación de la comunidad en la ciudad. Luego, en 2014, consolidó el Centro de Atención a la Diversidad Sexual de Bogotá más grande América Latina. El CAIDS fue creado por la Subdirección para Asuntos LGBT de la Secretaría de Integración Social. De acuerdo con datos de Bogotá Humana, en 2013, la Secretaría de Integración Social invirtió 3.645 millones de pesos en desarrollo de la política pública del sector LGBT.
Finalmente, Gustavo Petro sí fue el primer alcalde que izó la bandera arcoiris en un espacio oficial del Distrito. De acuerdo con RedCheq, de hecho fue uno de los primeros en Latinoamérica.
«La administración de Gustavo Petro en Bogotá tuvo una voluntad política por trabajar sobre los derechos de la población LGBT», dice un activista LGBTIQ+* de Bogotá que tuvo conocimiento de la gestión del exalcalde. Sin embargo, afirma que los resultados no fueron los mejores. «Eso creo que también es una responsabilidad clara del Consejo Consultivo. En su labor no tuvo consistencia en hacer el control y las sugerencias adecuadas que requería la ciudad».
Añade que la administración distrital, en algunas secretarías, no tenía la mayor organización ni planeación para ejecutar actividades. En su opinión personal, «Es una administración que le faltó organización y estructura a la hora de gestionar adecuadamente la política pública distrital LGBT». No obstante, celebra lo que se hizo desde la Secretaría de Educación con el programa Río, en el que iban a colegios brindando asesoría jurídica, psicológica y pedagógica para la comunidad LGBTIQ+.
Por su lado, Danne Aro menciona sobre la gestión de la alcaldía de Petro que hubo «Un interés en particular por poder posicionar temas de una agenda social y política que desde las organizaciones veníamos exigiendo en los últimos años de gobierno de otras alcaldías. Otra cosa a resaltar es tener en cuenta el talento de las personas trans para la ejecución de esta misma política».
La estrategia de Caribe Afirmativo y Victory Institute, Voto por la Igualdad, analizó la alcaldía de Rodolfo Hernández en Bucaramanga. Encontró que solo incluyó los derechos de las personas LGBTIQ+ en una iniciativa de su plan de desarrollo, pero nunca la cumplió. Esta estrategia promueve el voto libre, transparente e informado de las personas LGBTIQ+. Además, fue creada en el marco del Observatorio de Participación Política de las Personas LGBTI en Colombia,
En cuanto a la afirmación de ser la primera alcaldía en izar la bandera arcoiris, la organización Acción Prometea, que lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos de la comunidad LGBTIQ+ en Bucaramanga, afirmó que esa acción fue solo “Un saludo a la bandera”. Por otro lado, la versión de la activista Olga Materón es apoyada por funcionarios de la alcaldía de ese entonces. «La versión de Olga es cierta. No hubo recursos públicos y solo unas personas que trabajábamos en la Alcaldía nos sacamos lo que teníamos en el bolsillo para colaborar”. Afirmó Julián Gómez Delgado a RedCheq.
La organización asegura que el Programa LGBTI nunca se constituyó dentro de la administración municipal del gobierno de Hernández. Esto no permitió que asignaran recursos para cumplir con las metas de desarrollo que favorecían a esta población. Asimismo, “Existió algo así como un ‘área LGBTI’ dirigida por una mujer heterosexual que, si bien tenía buen trato a la población, desconocía sus necesidades básicas y terminaba ofreciendo asistencialismo por desconocimiento y omisión”, afirman.
De acuerdo con elles, la atención a las mujeres trans trabajadoras sexuales de Bucaramanga consitió en entregar condones y mercados para pocos días. También en paseos a la piscina de Centros Recrear. “Pero nada más allá de eso, nada que les garantizara algún atisbo de protección”, dice Acción Prometea. La organización concluye que Rodolfo Hernández sabe que la población LGBTIQ+ es un segmento electoral importante, “Pero siendo alcalde de Bucaramanga no demostró un interés real por trabajar por todxs nosotrxs”.
«Nos encontramos en un escenario que pareciera ser polarizado», explica Danne Aro. «Por un lado, encontramos un candidato que le apuesta a la garantía plena y al reconocimiento de nuestros derechos ya adquiridos como personas LGBT. Por el otro, nos encontramos con un candidato que durante las últimas semanas se ha encargado de posicionar el tema, pero que no lo ha incluido en su plan de gobierno». Las modificaciones que ha hecho Hernández después de primera vuelta, para Danne «No dejan ver la línea de implementación, apoyo ni las garantías de derechos que tendríamos las personas de los sectores sociales LGBT en Colombia».
Añade que otra forma de medir si los candidatos garantizarán los derechos LGBTIQ+ es mirando los enlaces de ellos con equipos o personas cercanas a las luchas de la comunidad. «Hemos encontrado que Gustavo Petro y Francia Márquez tienen unos equipos que son personas que hacen parte del activismo y que les mantienen informades. Esto implica unas garantías adicionales a su plan de gobierno. Con Rodolfo Hernández no hemos encontrado estas estrategias, ni tampoco organizaciones sociales de los sectores LGBT que le apoyen abiertamente o que lleven una trayectoria que le permita garantizar los derechos de las personas LGBT».
¿En qué promesas puede creer la comunidad LGBTIQ+?
Otro índice de análisis son las propuestas para la comunidad LGBTIQ+ en los programas presidenciales. Al compararlos, identificamos cinco propuestas concretas de Gustavo Petro para las ciudadanías diversas. Entre estas garantizar derechos de la comunidad LGBTIQ+ para superar la desigualdad y violencias en su contra, aunque no da detalles sobre cómo va a ejecutar un objetivo tan amplio.
Asimismo, promete un programa nacional de ciudades libres de violencia y discriminación contra mujeres y personas diversas, aunque tampoco es muy claro cómo va a ejecutar esto. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en 2021 hubo 35 transfeminicidios. Según la Red Comunitaria Trans, del primero de enero al 28 de mayo de 2022 se registraron 10 transfeminicidios. Y en lo que va del año se registran al menos ocho asesinatos a hombres gays, seis en Medellín, uno en el departamento del Magdalena y el más reciente, el asesinato del líder LGBTIQ+ Óscar Parada en Bogotá.
Juan Felipe afirma que durante el último gobierno se duplicaron los homicidios, las amenazas y la violencia policial contra las personas LGBTIQ+ en Colombia. «Eso nos dice que permitieron que la violencia y la discriminación contra las personas por su orientación sexual e identidad de género continuara y se afianzara.»
También promete avanzar en la inclusión sociolaboral. Según el DANE, la tasa de desempleo para Colombia entre mayo de 2021 y abril de 2022 fue de 12,7 por ciento. Para la población LGBTIQ+ fue de 16,1 por ciento. 3.5 puntos porcentuales más alta. Además, propone garantizar derechos adquiridos como la unión de parejas del mismo sexo y su derecho a adoptar.
Finalmente, Petro le dedica una propuesta al tránsito de género. Promete acompañar el proceso con soporte médico y psicosocial, y con protocolos explícitos, que incluyan la participación de la población trans.
En el programa de Rodolfo Hernández encontramos una propuesta: hacer efectivas políticas vigentes en materia de inclusión de la comunidad con orientación sexual e identidad de género diversas. Esto a través de acciones afirmativas. Caribe Afirmativo analiza que «Las propuestas de Rodolfo están consignadas en activar la Política Pública LGBT y en activar espacios de participación política», explica Wilson. Este argumenta que aunque la primera propuesta responde a una necesidad en la que no avanzó el gobierno de Iván Duque, la segunda no tiene nada que ver con el ejercicio presidencial. Esta es un ejercicio natural del movimiento social: la participación.
Respecto a Gustavo Petro, Wilson asegura: “De cara al otro candidato encontramos 10 propuestas que responden a agendas más operativas. Por ejemplo: la implementación del Acuerdo de Paz, avanzar en materia de seguridad para personas LGBT, generar espacios laborales, etc”.
Para Caribe Afirmativo hay tres puntos preocupantes sobre Rodolfo Hernández para la comunidad LGBTIQ+ en Colombia. El primero, señalan, es que desde que terminó la primera vuelta no ha participado en los espacios generados para compartir sus propuestas con las personas LGBTIQ+. “Desde el Observatorio de Participación Política y la estrategia Voto por la Igualdad hemos generado tres espacios de cara a la segunda vuelta”, asegura Wilson. Estos fueron: una conversación con los equipos de campaña de cada candidato para socializar sus propuestas respecto a lo que consignaron en el plan de desarrollo. El segundo espacio fue el debate feminista del pasado 2 de junio, convocado por más de 36 organizaciones. Rodolfo Hernández no asistió y Gustavo Petro llegó dos horas tarde.
Finalmente, El tercer escenario fue un documento entregado a los candidatos con las cuatro tareas inconclusas que dejó el gobierno Duque en materia de derechos LGBT: La no implementación de la Política pública nacional LGBT, la falta de garantías de seguridad para las personas LGBT ante los altos niveles de violencia, la ausencia de políticas diferenciales para personas trans y el poco avance del enfoque de género en el Acuerdo Final. “De este documento no obtuvimos respuesta de Rodolfo Hernández, mientras que Gustavo Petro contestó tres de las cuatro preguntas”, dice Wilson. No saben por qué no respondió la cuarta.
“Ya no estamos entre quien nos nombra y no nos nombra, sino entre quien nos nombra con acciones más contundentes y realizables que pueden mejorar nuestra calidad de vida y quién sólo nos utiliza como discurso”.
Juan Felipe concuerda con Wilson en que el legado de Iván Duque es nefasto para la comunidad diversa. «Es un panorama lamentable, donde en los últimos cuatro años del gobierno de Duque hubo muy poco liderazgo en materia de derechos LGBTIQ+. En materialización de la política pública, creemos que el plan de acción presentado por el Ministerio del Interior no da el nivel a las problemáticas y necesidades de la población LGBTIQ+». Para Juan Felipe, lo anterior demuestra una falta de voluntad política. No obstante, resalta las entidades que tomaron medidas relevantes como el DANE, el DNP y el Ministerio de Salud.
“Faltando días para las elecciones presidenciales, la ausencia de compromiso, de propuestas concretas y de diálogo del candidato Rodolfo Hernández nos genera muchas incógnitas», afirma el director de Caribe Afirmativo. Para él, «Un eventual gobierno suyo para las personas LGBT, sería un gobierno en el que no tendremos claridad sobre de qué manera va a profundizar la garantía de derechos”. Añade que “Su silencio nos preocupa porque el no compromiso da a pensar que ese déficit de derechos que hemos tenido durante el gobierno de Duque pueda continuar”.
No obstante, Wilson explica que en estas elecciones hay un avance innegable. “En Colombia hemos tenido tres momentos de lo LGBTI en política”. El primero fue en las décadas de los ochenta y noventa, en las que el tema de diversidad era ofensivo. “Cuando un candidato era LGBT o apoyaba abiertamente a la comunidad, era motivo para perder impulso del electorado”.
Luego, en los 2000 hubo un silencio de lo LGBT. «En la campaña de Pastrana, en las dos campañas de Uribe, incluso en la campaña del primer gobierno de Santos lo LGBT era invisible. En privado respondía que había apoyo, pero en público no había ningún compromiso”. Estas elecciones, de acuerdo con el análisis de Caribe Afirmativo, representan una tercera generación de campaña en donde se visibiliza la comunidad LGBTIQ+ con acciones concretas. “Ya no estamos entre quien nos nombra y no nos nombra, sino entre quien nos nombra con acciones más contundentes y realizables que pueden mejorar nuestra calidad de vida y quién sólo nos utiliza como discurso”.
Sin embargo, para la organización, nombrar lo LGBTIQ+ no asegura que haya un reconocimiento pleno de las personas. Esto lleva a una preocupación central: la utilización de la comunidad en la campaña solo para obtener votos, sin un compromiso real de los candidatos. “Nombrar lo LGBT en el proceso electoral sin acciones concretas, buscando un lado más emotivo, pero sin compromisos concretos, es lo que vemos en Rodolfo, no tanto en Gustavo Petro. Eso no significa que Petro vaya a ser mejor que Rodolfo. Finalmente, la gestión dará cuenta de ello”.
Wilson añade que el programa de Rodolfo Hernández no permite identificar las acciones que permiten mejorar la calidad de vida de las personas LGBTIQ+. “La sola enunciación no va a hacer que superemos el tema de violencias, de déficit de derechos en el país”.
“Pero los derechos no se negocian. En democracia uno no puede retroceder”
No obstante, lo que más preocupa a Caribe Afirmativo de los dos candidatos son las alianzas con grupos o políticos antiderechos. En el caso de Gustavo Petro hay dos antecedentes. El primero es que en 2008 hizo parte de los 81 senadores que votaron por Alejandro Ordóñez como procurador general. En ese entonces Ordóñez ya era conocido como un hombre de tendencias católicas, conservadoras y homofóbicas. Para esta campaña se alió con el pastor cristiano Alfredo Saade, abiertamente antiderechos. Petro le encargó la organización de pastores a nivel departamental para informar la política de libertad de cultos.
Por su parte, Hernández ha recibido el apoyo de las bancadas más conservadoras, como el Centro Democrático, el partido de gobierno actual. El 29 de mayo recibió el apoyo de la senadora María Fernanda Cabal, que se opone al aborto, y su esposo, José Félix Lafaurie. También recibió el apoyo del representante a la Cámara, Carlos Eduardo Acosta, congresista que pidió que se archivara el proyecto de ley ‘Inconvertibles’, que busca acabar con las mal llamadas terapias de conversión de la población LGBTIQ+, por considerarlo innecesario y peligroso para la sociedad.
“Nos preocupa mucho porque entendemos que la democracia gobierna desde los acuerdos”. Wilson explica que estas alianzas son peligrosas porque los grupos que históricamente han promovido proyectos de ley para echar atrás el matrimonio y la adopción igulitaria, para no reconocer la urgencia de eliminar las mal llamadas terapias de conversión, o no avanzar en los derechos trans, van a exigirle al candidato que cumpla con su alianza en caso de quedar elegido. “Pero los derechos no se negocian. En democracia uno no puede retroceder”, sentencia.
Organizaciones como Caribe Afirmativo, Colombia Diversa y Acción Prometea invitan a la comunidad LGBTIQ+ a votar informades y hacer veeduría ciudadana frente a cualquiera de los candidatos que resulte elegido el domingo 19 de junio. “Esperamos que el electorado haga un ejercicio juicioso en reconocer qué personas puede ayudarnos a avanzar en derechos humanos y en justicia social”, señalan.
*El nombre del activista LGBTQ+ no se publica a petición de la fuente.
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