No soy tu musa: nuestras recomendadas culturales de agosto

Voces de autoras muy pertinentes para seguir, cantautoras e ingenieras de sonido colombianas que están triunfando en sus campos, entre otras. Llegaron las recomendaciones culturales del mes de agosto, esta vez a cargo de Laura Galindo.

Hablar sobre mujeres que admiro es fácil: la lista es larga. Sin proponérmelo, he ido llenando mi biblioteca, mi colección de discos, mi lista de películas favoritas y hasta las paredes de mi casa con nombres femeninos. Cuando pienso en posibles razones, se me ocurren varias: me siento representada en ellas porque habitan el mundo desde el mismo lugar que yo, las sigo porque se vuelven mis referentes, y les agradezco porque me permiten soñar.

Esta vez, he decidido hablar de seis mujeres que admiro y conozco, o mejor, que admiro porque conozco.

Poeta: Micaela Paredes
País: Chile

“No es el fuego 
la mejor metáfora del amor”,

dice Micaela Paredes, una de las poetas más conmovedoras que he tenido en frente. 

“no el ardor de las lenguas
que consuman y consumen en dos carnes su deseo,
sino el frío de una noche que atraviesa
tiempo y sangre hasta forjarse él mismo cuerpo
como imagen de un ausente
que en la luz de su reflejo aún perdura
y remece al cuerpo amado, ahora solo» – No es el fuego, Ceremonias de Interior. 

La conocí hace dos años, cuando coincidimos en la misma universidad de Nueva York. Yo estudiaba para escaparme y ella, supongo, para distraerse, porque en realidad no le hacía falta. Era una poeta consagrada desde mucho antes, y estar en su misma la clase era más parecido a ser su alumna que su compañera. Nació en Santiago Chile, en 1993, y tiene bajo su firma tres libros de poemas: Nocturnal, Ceremonias de Interior y Adiós a Ítaca.

Periodista: Alejandra Matus
País: Chile

Tengo un libro suyo que dice: “Para Laura, mi colega, pero con el doble de talento. Nos vemos en Colombia”. Todo es mentira, por supuesto, no estoy ni cerca de la fuerza de su voz periodística, la agudeza de sus análisis y la fluidez de su prosa. Esa no fue la primera vez que Alejandra retó al poder desde el periodismo. Durante la dictadura de Augusto Pinochet, se dedicó a difundir las violaciones de Derechos Humanos que cometía la junta. En 1999, publicó El libro negro de la justicia chilena y denunció en sus líneas las malas prácticas del poder judicial. Y En 2013, fundó el movimiento Marca AC, que buscaba una asamblea constituyente y una constitución más justa.

Cada uno de sus libros es un manual de periodismo, pero sobre todo, de valentía. Doña Lucía, por ejemplo, es un relato maravilloso de Lucía de Hiriart, la mujer más poderosa de Chile por 17 años, quien ejecutó su propio ejército y estuvo casada con Augusto Pinochet.

Directora de orquesta: Lina González-Granados
País: Colombia

“Voy a dirigir la Filarmónica de Nueva York”, me escribió Lina González-Granados una noche. Leí el mensajes tres veces, una por cada victoria que representaba la noticia. Era la primera colombiana en dirigirla, la primera mujer colombiana en dirigirla, y la primera mujer latina en dirigirla. 

“Si las oportunidades no existen, hay que crearlas”, me había dicho alguna vez por teléfono. Y por oportunidades, supongo, se refiere a dirigir una de las mejores orquestas del mundo, acumular premios y medallas, ocupar primeros lugares en concursos internacionales y crear una orquesta para difundir música de compositores colombianos: Unitas Ensemble. 

La brecha de género en la música académica es casi ofensiva. Desde el año 1952, momento en que se fundó la primera orquesta profesional en Colombia, solo dos mujeres han ejercido como directoras titulares en la música
sinfónica colombiana: la peruana Carmen Moral, quien dirigió la Filarmónica de Bogotá entre 1988 y 1991, y la colombiana Cecilia Espinosa. Además de lo anterior, el número de mujeres en la planta artística de las orquestas colombianas es proporcional al número de integrantes de la misma, de la siguiente manera: entre mayor es el número de músicos, mayor es el número de mujeres en sus filas. Sin embargo, el porcentaje de mujeres con contrato laboral permanente se encuentra alrededor del 30 % entre 2004 y 2013. Por lo anterior, “Crear las oportunidades”, se vuelve, entonces, un acto de fe irreverente.

Cantautora: Alejandra Jiménez
País: Colombia

Conocí a Alejandra hace más de 10 años, mientras estudiábamos música en Bogotá. Yo piano, y ella composición. Pero se volvió indispensable en mi vida gracias a una canción suya. Dice: Bajo el techo de tus brazos / tras la puerta de tus labios / en la terraza de tus ojos / llenos de amor luminoso / mi casa eres tú.

La música de Alejandra se cuenta a partir de esquinas positivas, incluso en las situaciones más dolorosas. Cada canción, escrita desde las letras, hurga en la soledad, el amor, el desamor o la rabia. Casa, la que me libera elegantemente de compromisos, es parte de Canciones chiquitas, su primer álbum. Once tracks en el que la cumbia, el porro y el reggae se encuentran con el pop. 

Alejandra nació en Cali, se graduó de Berklee College of Music y ha sido dos veces ganadora del Grand Prize Latino en el John Lennon Songwriting Contest. Me pediste que me fuera a vivir contigo / que tu perro y que mi gato pueden ser amigos / que tienes lugar para mis libros / dices que tu almohada triste necesita un dueño / y que puedo estacionar ahí todos mis sueños.

Cuatrista: Zahira Noguera
País: Colombia

Al principio, el arpa se asociaba a la musas y a la elegancia femenina que estimulaba la inspiración. Los instrumentos de cuerda pulsada, como la cítara o el laúd, eran potestad de las mujeres, sinónimo de sus buenas costumbres o de su entonces considerada belleza sublime. Siglos más tarde, cuando los españoles pisaron Latinoamérica y conquistaron sus territorios, el sonido de los indígenas se mezcló con sus aires flamencos y andaluces y apareció la música del llano colombo-venezolano. 

Canciones recias para hombres recios, en las que el arpa era sinónimo de virilidad y los instrumentos de cuerda, como el cuatro, demostraciones de hombría. Por suerte, la humanidad siempre sabe más, y existen mujeres dispuestas a romper el molde. Zahira Noguera es cuatrista y es la fundadora del grupo Guarura: cinco mujeres instrumentista de música llanera. 

La primera vez que vi a Zahira, estábamos a punto de salir al escenario. Ella a tocar y yo a presentar el concierto. Se quejaba del mareo, estaba pálida y algo parecía no andar del todo bien con su salud. Pero frente al público, el cuatro sonó sensible y poderoso, firme y volátil, dulce e irreverente.

Fotógrafa: Viviana Peretti
País: Colombia – Italia

En la pared de mi sala hay una foto de la italiana Viviana Peretti. Fue tomada en Medellín, Antioquia, muy seguramente con una cámara Holga que no cuesta más de 100 dólares. En la imagen, el ojo de Viviana me muestra una mujer de espaldas, que camina con un niña que tal vez sea su hija. La niña carga, en su cadera, un bebé. 

Fui alumna de Viviana mientras estudiaba periodismo, mis fotos nunca le gustaron, pero yo me enamoré de las suyas. Son fotos que miran de vuelta, que cuestionan y que discrepan. Fotos que vuelven bello lo macabro y aún más bello lo bello. “¿Qué me estás mostrando?”, preguntaba siempre en clase. Nunca supe qué responder, pero entendí que los buenos fotógrafos prestan su mirada para que los demás veamos el mundo. 

Peretti nació en Italia y desde hace más de diez años vive entre Nueva York y Bogotá. Es antropóloga y fotoperiodista. En 2014 fue elegida como Photographer of the Year in the Sony World Photography 30, Estados Unidos, y en 2015 por el Taylor Wessing Photographic Portrait Prize, en Londres.

*Esta vez recomienda Laura Galindo: Periodista musical y cultural, ganadora dos veces del Premio Simón Bolívar de Periodismo en la categoría de crítica, 2018 y 2019. Pianista de la Universidad Javeriana, magíster en piano de la Universidad Eafit, magíster en periodismo de la Universidad de Los Andes y magíster en Creative Writing de la New York University. Directora de la emisora digital Señal Clásica y editora de cultura en RTVC Noticias. Creadora de las series digitales ‘Un cuento para contar’, ‘Cantar con la boca llena’ y ‘Consultorio Señal Clásica’ en la Radio Nacional de Colombia. Colaboradora de las revistas Cromos y Diners. Sus textos también han sido publicados por El Espectador, El Malpensante, Dejusticia, Arcadia, Vice en Español y Soho.

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