Panorama electoral 2022: a las mujeres nos siguen debiendo (y mucho)

Hay una imagen de esta semana que nos debería interesar a todas las feministas del país. La protagonizó el movimiento político Estamos Listas el pasado lunes, cuando llegaron a Corferias acompañadas de los tambores de una batucada para entregar sus 94.209 firmas recolectadas, que las validan para tener su lista cerrada al Senado.

Esta está encabezada por “11 mujeres en toda su diversidad, integrantes del movimiento y elegidas en votación interna, y 5 hombres aliados en acción afirmativa”, explicaron en sus redes. “Con ellas ocuparemos el Congreso para hacer las transformaciones que el país necesita”.

Si no les transmite esperanza, la imagen al menos transmite señales de renovación, de novedad. Y contrasta con otras imágenes de la carrera electoral de las últimas semanas que producen todo lo contrario. Sobre todo para las mujeres que están tratando de mantener el paso en esta carrera, aún sin las condiciones materiales para estar a la par y todavía con mucha resistencia por parte de sus compañeros de partido o de coalición, a quienes les sigue molestando que las mujeres ocupemos espacios en la política.

¿Cuántas campañas electorales más necesitamos para dejar de sentir la discriminación y la violencia política y simbólica contra las mujeres de forma tan tangible? Para la muestra, la inscripción de las listas al Congreso que podrán ser elegidxs el próximo 13 de marzo. Una imagen que deja la duda sobre si el futuro político electoral en Colombia va a seguir cojeando en términos de paridad. De verdadera paridad.

Empecemos por lo que más salta a la vista, que es la situación de las últimas semanas con el Pacto Histórico (PH). En agosto anunciaron listas cerradas y cremallera, es decir alternando hombres y mujeres. Y sacaron pecho con la decisión. Con esta buscaban apostarle a la diversidad y a la amplitud, aseguraron en su momento. 

Petro invitó a las mujeres a participar, y varias respondieron el llamado. Entre ellas Sara Tufano, Juana Afanador, Imelda Daza, Cielo Rusinque y Arelis Uriana. Incluso la actual precandidata presidencial Francia Márquez.

Sin embargo, un mes después, varias decisiones empezaron a cuestionar esa supuesta visión de paridad. Una de las más incomprensibles fue la reunión de alianza entre Petro y Alfredo Saade, quien lidera el movimiento cristiano Levántate y desde el mes pasado hace parte del PH. Saade, quien es abiertamente antiaborto y antimatrimonio igualitario, generó molestia en los sectores feministas. También entre varias mujeres dentro de la coalición, como Sara Tufano. “Nos tienen que escuchar a las mujeres que estamos en desacuerdo con alianzas con personajes como Saade”, dijo también Juana Afanador en su momento.

La escena se repitió con Luis Pérez, ex gobernador de Antioquia, quien tiene acusaciones que van desde respaldar la Operación Orión, hasta acusaciones de manipulación del catastro en Antioquia. Ahí varias trazaron la raya, y renunciaron a la coalición el pasado nueve de diciembre. Sara Tufano explicó su salida en su columna ‘No todo se vale’. En esta afirmó que nadie puede cuestionar a Petro “Porque enseguida es visto como un enemigo o un ‘infiltrado del uribismo’”. También reiteró su compromiso de seguir en la “Construcción de un proyecto político de izquierda, popular, feminista antirracista y democrático”. 

Juana Afanador, por su parte, criticó en su comunicado la decisión de las listas cerradas, un “Privilegio de fidelidades, promoción de delfinazgos y estímulo a mecanismos propios de la vieja política que, se supone, debemos superar”. A ellas dos se sumó la renuncia de la constitucionalista Cielo Rusinque, que incluso defendió la decisión de las listas cerradas en su momento. “Fui víctima de todo tipo de agravios injustificados. No considero tener garantías en el proceso y las razones para no salir dañando, por ahora me las guardo”, denunció en su Twitter.

La lista del PH finalmente quedó encabezada por Gustavo Bolívar, luego de una puja de parte de varios sectores para que María José Pizarro fuera la cabeza. Ella quedó en el segundo puesto, seguida de Alexander López del Polo, Aída Avella de la UP y Roy Barreras en quinto lugar.

La Silla Vacía reveló que Francia Márquez, cuya candidatura fue avalada por el Polo Democrático, expresó su descontento en el chat del PH, pues no quedó representada ni en los primeros 20 lugares de la lista al Senado. “Estaremos expresando en horas de la tarde nuestra decisión en relación a nuestra continuidad en este proceso. Soy Porque Somos. Un abrazo ancestral”, se lee en el mensaje. Luego de esto, afirma el medio, Petro le prometió a Márquez que uno de sus candidatos ocuparía un puesto entre el 11 y el 15. Una labor muy compleja pues tocaría reacomodar toda la cremallera.

Antes que ese candidato, el PH decidió poner nombres como el de Yuly Esmeralda Hernández, cuñada del precandidato Camilo Romero. O el de Gloria Arizabaleta, segunda de la lista a la Cámara en el Valle del Cauca y ex esposa de Roy Barreras. Estos nombres provocaron la crítica de las políticas salientes. “Instrumentalización del discurso de género para hacer cambiazo de mujeres y forzar la salida de feministas. Con prácticas antidemocráticas no hay cremallera que valga y la paridad es insulsa”, dijo Juana Afanador esta semana al respecto, por poner un ejemplo.

El sinsabor es real. Hay que reconocer el trabajo de mujeres que se quedan, como María José Pizarro, Aída Avella o la lideresa campesina de ANUC Catalina Pérez. Pero que varias mujeres en parentazgo con políticos del PH queden en la lista mientras otras que le apuestan a un proyecto político feminista salgan denunciando falta de garantías es un panorama que se ve mal. Cabe la pregunta: ¿De qué sirve anunciar lista cerrada y cremallera si de todas maneras las mujeres dentro de esta coalición denuncian violencia política e instrumentalización? 

Estas mismas denuncias las hizo la política Ángela María Robledo en su momento, cuando decidió partir cobijas con la Colombia Humana de ese entonces. “Mi condición de mujer feminista y libre ha sido duramente atacada desde algunos sectores del movimiento”, dijo en sus redes al inicio de este 2021. Casi un año después, y después de varias supuestas renovaciones políticas al interior de esta coalición ¿Cuál es la alternativa real para las mujeres que está planteando el Pacto Histórico?

Incluso sectores de centro derecha quedan mejor paradas frente a la tarea de la paridad, al menos echando un primer vistazo en sus listas. Por ejemplo está el Nuevo Liberalismo que le apostó a una lista cerrada conformada por varixs líderes de opinión. Sobre todo, con la sorpresa de tener a la periodista Mabel Lara en la cabeza, una decisión que causó reacciones diversas. También se encuentra la internacionalista Sandra Borda, la lideresa Yolanda Perea, el ex defensor del pueblo Carlos Negret y Carlos Fernando Galán, que quedó en el sexto lugar.

En el partido de la U otra mujer también encabeza la lista: la ex medallista olímpica Caterine Ibargüen, quien comparte lista con personajes como Julio Alberto Elías, hermano del ‘Ñoño’ Elías, y John Moisés Besaile, hermano de Musa Besaile. 

No es poca cosa que tengamos a dos mujeres afro como cabeza de lista, y a otra como precandidata presidencial. También tenemos a Elizabeth Giraldo como cabeza en Estamos Listas, un espacio que se abrió por mujeres precisamente para nuestra participación en la política, y a Ana Agudelo liderando al Mira y Colombia Justa Libres, siguiendo con la contradictoria tradición de los movimientos políticos cristianos siendo de los más paritarios. 

Valdría la pena ahondar en las concesiones y negociaciones que estas mujeres han tenido que hacer para estar en esta posición, por encima de sus colegas. Esto, sin mencionar la violencia política a las que, sobre todo las primeras mencionadas, han sido sometidas en redes, que en el caso de las mujeres siempre tiene ese tufillo de violencia machista simbólica que sabemos reconocer tan rápido.

Hay una enseñanza de estos días tan turbulentos en la política, y es que si una mujer toma la decisión de lanzarse para ser elegida, sigue enfrentando una serie de obstáculos que siguen estando relacionados con el hecho de ser mujer. También queda claro que las listas cerradas y cremallera no son suficientes. Incluso en algunos casos pueden usarse como herramienta de politiquería, a pesar de mostrarse como una apuesta paritaria.

Con esto me regreso a la imagen inicial de Estamos Listas, tan llenas de morado y de festividad y de nuevas caras y nuevas propuestas. Su inscripción es un mensaje claro que para muchas puede ser duro de tragar, y es que quizá a las mujeres nos toca abrir nuestros propios espacios para poder participar en política con garantías reales. ¿Será esta la única opción que nos queda?

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