Planificar en diez minutos: tres historias de vasectomía antes de los 30

Juan Pablo y Juan Diego decidieron hacerse la vasectomía sin haber tenido hijes al momento de operarse. El sistema de salud les puso trabas con preguntas y cuestionamientos que debieron sortear para acceder al procedimiento, el cual va en aumento en hombres menores de 34 años. ¿Por qué tomaron esta decisión para su vida reproductiva?

Juan Pablo tomó la decisión de hacerse la vasectomía en marzo de 2020, semanas antes de que comenzara el confinamiento obligatorio en Cali. Cuenta que estaba en un proceso terapéutico, preguntándose muchas cosas sobre su vida y su futuro. “Estaba armando un proyecto en varios ámbitos, empezando a tomar decisiones para construir la vida que quería”. Se preguntó si en esa vida había niños incluidos. Lo discutió con unas pocas personas de su red. Concluyó que no. Tenía 22 años cuando se operó.

Juan Diego lo hizo en 2021, también en plena pandemia. Explica que desde muy joven estaba seguro de no querer traer a nadie nuevo al mundo. Otra motivación fue su pareja. “Ninguno de los dos quería tener hijos, nos parecen muy cool los niños, pero no queremos concebir”. Tenía 24 años.

Manuel* se convirtió en papá de manera temprana e inesperada a los 22. Siete años después, a los 29, motivado por su pareja de entonces y la certeza de que existen otras formas de volver a paternar, solicitó la cirugía. “La paternidad que uno va ejerciendo, lo va haciendo consciente de no querer más hijos, por temas de responsabilidad con el hijo que ya existe, económicos y de mi propio proyecto de vida”.

Datos recientes de Profamilia revelan que en 2023, por cada 2 ligaduras de trompas se ha hecho 1 vasectomía. En 2018, la diferencia era mayor: 3 ligaduras por cada vasectomía. Por otro lado, de 20.344 cirugías practicadas por esta institución a nivel nacional, en lo que va del año, la mitad se han realizado en hombres menores de 34 años.

Y un dato más: durante 2021 y 2022, Profamilia registró un incremento del 18 por ciento en este procedimiento.

Para entender lo que muestran las cifras, en MANIFIESTA hablamos con hombres que se hicieron la vasectomía en Cali y Bogotá, indagamos en sus motivaciones, reflexiones y cómo vivieron el procedimiento. También con una mujer trans, quien nos explicó sus razones para no solicitarlo, a pesar de su interés. En su caso, predomina el miedo a posibles maltratos en el sistema de salud. Asimismo, consultamos a profesionales de Profamilia que nos ayudaron a resolver dudas comunes sobre la cirugía.

La paternidad también será deseada

Juan Pablo Moreno es un psicólogo de 25 años. En nuestra conversación, apunta que su perfil no es el ‘target’ de esta cirugía, y que en el proceso en el sistema de salud lo pudo comprobar. Un hombre joven y sin hijos, considera, despierta más cuestionamientos médicos. “Conmigo los doctores eran un poco más escépticos, porque yo tenía 22 años. El día de mi cirugía solo había otra persona de mi misma edad, pero ese chico ya tenía tres niños. La mayoría eran personas de la edad de mi papá, o mayores de 30, y que también ya tenían hijos”, recuerda Juan Pablo. “Yo era el único ‘cerrándome esa puerta’ y creo que eso era lo que le chocaba un poco a los médicos”.

En Colombia, gracias a la Ley 1412 de 2010, la vasectomía está cubierta por el sistema de salud. Hombres y personas asignadas masculino al nacer mayores de 18 años tienen derecho a solicitarla si están afiliades al régimen contributivo, al subsidiado e incluso si no se encuentran en ninguno de los dos. En otras palabras, el trámite se puede solicitar sin costo ante la EPS, que tendrá que autorizarlo en tiempo breve. Para aquellas personas no afiliadas al sistema de salud, la solicitud se puede realizar en cualquier IPS pública y el procedimiento será cobrado al FOSYGA, de acuerdo con la ley.

Juan Pablo reflexiona sobre la interacción con los médicos de la EPS que lo valoraron. “Esta es una decisión en frío. En la mayoría de interacciones con médicos está pasando algo (…) Pero como esto es en frío, no es una vaina ligada al algo médico, es una decisión de tu vida ligada a otras cosas”, explica. Dice que en las dos consultas previas a la asignación de la cirugía, la pregunta frecuente era si estaba seguro y si conocía las implicaciones. “Es incómodo porque no hay algo médico de por medio. Es contarle a alguien ‘ve, quiero tomar esta decisión para mi vida’ (…) Yo salí de allá mal. Volví a revisar, a hacer fact checking, pensando ‘sí quiero hacer esto’”.

“Yo era el único ‘cerrándome esa puerta’ y creo que eso era lo que le chocaba un poco a los médicos”.

Juan Pablo.

Ser el que se encarga de la anticoncepción, para variar

Manuel, pastor de una iglesia metodista, también accedió al servicio por su EPS. Tuvo una impresión similar sobre los cuestionamientos en las consultas previas. “Me preguntaron el porqué, si era una decisión que había pensado, si ya tenía hijos porque era importante que me pensara tenerlos antes de. Pero que si ya tenía todas las certezas, procedían a entregarme la orden para pedir la cita en Profamilia”, cuenta. 

De acuerdo con la doctora Viviana Noreña, directora médica regional de Profamilia en Antioquia, la vasectomía les da a los hombres la posibilidad de tener un rol activo en la anticoncepción, “y no dejar en manos de las mujeres toda la responsabilidad”. 

En 2021, Manuel empezó a cuestionarse el efecto de los anticonceptivos hormonales en su pareja de ese momento. También comprendió que la decisión de ligarse las trompas suele generar más juicios sociales y dentro del sistema de salud. Si a él lo estaban interrogando, ¿cómo podría vivirlo su pareja, una mujer algunos años más joven y sin hijos? No es una idea alejada de la realidad. En MANIFIESTA conocimos, en 2021, el caso de una mujer remitida a psicología y psiquiatría al solicitar la ligadura. Además, la institución donde debían practicársela objetó conciencia, negándole este derecho, lo que es inconstitucional.

Al comparar ambos procedimientos, no solo el trámite resulta más fácil para los hombres. “La ligadura de trompas se hace con anestesia local. También es ambulatoria, pero como la mujer tiene los órganos [reproductivos] dentro del abdomen, el procedimiento es más complejo”, explica la doctora Diana Torres, uróloga de Profamilia. “El hombre tiene los testículos en el escroto, que está más cerca a la piel. Entonces la vasectomía es un procedimiento que se hace con anestesia local, una sola incisión y dura alrededor de diez o quince minutos”. agrega. La doctora aclara que hay diferencias en materia de recuperación y dolor, ya que la vasectomía implica una incisión más superficial. 

¿Y si me arrepiento?

“Cada doctor me dijo cosas súper diferentes. El primero me dijo que sí era reversible. La doctora me dijo que sí, pero máximo cinco años después de hacerse la cirugía, y el día de la cirugía me dijeron que no era reversible”.

Juan Diego.

En su caso, Juan Diego Gaitán había desistido de hacerse la cirugía a los 21 años, pues tuvo problemas con el trámite. “Luego fue un poco una cuestión de pereza, no seguí insistiendo. Pero después, en pandemia, ya tenía más tiempo también para la recuperación y en 2021 me hice la cirugía”.

Este diseñador gráfico y director de arte cree que contó con la suerte de ser atendido por una médica mujer en su EPS, pues cuando estuvo en consulta con un médico hombre “me hacía más preguntas, me decía ‘espérese’, no me daba el impulso”. Pero la doctora le hizo las preguntas de rutina, explicó todo acerca del procedimiento y lo programó inmediatamente. Sin embargo, algo que siempre fue confuso para Juan Diego fue el asunto de la reversibilidad. “Cada doctor me dijo cosas súper diferentes. El primero me dijo que sí era reversible. La doctora me dijo que sí, pero máximo cinco años después de hacerse la cirugía, y el día de la cirugía me dijeron que no era reversible”.

Al respecto, la uróloga Diana Torres explica que si un hombre decide operarse y luego se arrepiente, la vasectomía puede revertirse con un procedimiento llamado vasovasostomía. Se trata de una microcirugía en la que se vuelven a unir los conductos deferentes. “También hay la posibilidad de congelar semen, esperma, antes del procedimiento, para tenerlo disponible para hacer un tratamiento de fertilización asistida”. La doctora agrega que estos son tratamientos costosos, no los cubre el sistema de salud, y no siempre son exitosos. Por eso su recomendación es que la vasectomía se solicite con plena seguridad de no querer tener hijos o más hijos de manera natural.

En la sala de espera la masculinidad es frágil

Lo que más sacudió a Manuel y Juan Diego el día de la cirugía no fue la anestesia o la incisión, sino esperar en bata, sin ropa interior, a que los llamaran al quirófano. “Lo más incómodo fue el frío (…) estar desnudo frente a cinco personas”. La espera fue de una hora, la cirugía tardó 10 minutos, recuerda Juan Diego.

“Lo primero que te encuentras es una sala de espera con ocho asientos, mirando de frente. Te pasan una bata para que te cambies, y ahí esperar a que se llenen los ocho asientos. Nuevamente el proceso de las preguntas, creo que esas preguntas van hasta el final. Si te las hacen como hombre, ¿cómo será con las mujeres?”, cuenta Manuel. “La masculinidad se vuelve muy frágil cuando ves a ocho personas en el mismo lugar, todos en bata, tratando de cubrirse”.

Los tres coinciden en que este es el momento más incómodo del proceso. En el quirófano, tardaron de 10 a 20 minutos. Salieron de la clínica con sus acompañantes, compraron los medicamentos que les indicaron –antibiótico y antiinflamatorio– y regresaron a casa con incapacidad de cinco días o una semana.

Aunque la experiencia del dolor es distinta en cada caso, también están de acuerdo en que es llevadera. Lo único que recomiendan es seguir los cuidados. En este video, el doctor Juan Carlos Vargas, asesor científico de Profamilia, explica que lo más importante es guardar reposo, no hacer ejercicio ni esfuerzo físico, no tener relaciones sexuales en la primera semana, usar ropa interior ajustada, ponerse hielo en las primeras 24 horas y mantener el área muy limpia. 

“A los tres meses, debe hacerse prueba de espermograma (…) Durante ese lapso de tres meses se debe continuar el uso del método anticonceptivo para prevenir una sorpresa”, señala el médico. El espermograma no se puede obviar. “Es la manera de verificar la efectividad de la vasectomía. Lo deben realizar a los tres meses porque es el tiempo que se demoran en desocuparse los conductos de los espermatozoides que quedan acumulados, desde el sitio donde se interrumpió hacia la salida del semen”, nos explica la doctora Diana.

“La masculinidad se vuelve muy frágil cuando ves a ocho personas en el mismo lugar, todos en bata, tratando de cubrirse”.

Manuel*

Otras formas de paternar

Luego de que naciera su único hijo, Manuel empezó a pensar que quería tener una niña. “Queda en la cabeza en algún momento el deseo o el sueño de tener una niña, pero después digo ‘no, así estoy bien’. Creo que tomé una buena decisión y me mantengo en ello”.

En su trabajo pastoral, Manuel ha asumido el cuidado de algunos niños y niñas de su comunidad. También desde ese ejercicio, le ha hablado de la vasectomía a los hombres que llegan a la iglesia.

Para Juan Pablo, la idea de la paternidad estaba mucho más arraigada en su mamá y su abuela que en él. “Fue un desastre. Yo simplemente me operé y al día siguiente fui a almorzar, y les dije como ‘me hice la vasectomía’. Y ellas como ‘no, usted por qué hizo eso’, y alguna vaina de religión, seguramente”, cuenta entre risas. 

«Lo difícil de esa conversación es que uno está cerrando una puerta. Ya eso no es una opción. Para la gente es una pérdida».

Juan Pablo.

Aclara que su impresión es que a ninguna de las dos les atrae mucho la idea de ser abuela y bisabuela, sin embargo “lo difícil de esa conversación es que uno está cerrando una puerta. Ya eso no es una opción. Para la gente es una pérdida”, opina. Como Manuel, Juan Pablo considera que tomó la mejor decisión, pero no es tajante en la renuncia a otras formas de paternidad. “Quizá el Juan Pablo de 35 años va a querer tener hijos, eso será problema del Juan Pablo de 35 años”, reflexiona.

El miedo de las personas trans a un sistema defectuoso

Los cuestionamientos a los hombres jóvenes y los prejuicios que exhiben algunos médicos son solo una de las barreras para acceder a la vasectomía. Valerie Summer es una mujer trans de 32 años que hace poco se convirtió en mamá. Ella y su pareja, Theo Gómez, son de las pocas personas trans que han formado una familia biológica en el país. Valerie nos cuenta que no conoce mujeres trans que se hayan sometido al procedimiento y que a pesar de que a ella le gustaría solicitarlo, porque ya tiene una hija, le da terror someterse a cualquier intervención de sus genitales.

Un terror compartido con otras personas trans porque “se nos maltrata mucho en este tipo de procesos (…) En el solo hecho de que te manden a urología, vivís bastante maltrato. Bastante”, afirma. “A mí me han enviado para ver cómo están los testículos y es súper incómodo. Una llega y le preguntan ‘a usted por qué la mandaron aquí’, por el nombre y el sexo en la cédula. Es bastante difícil. De hecho, mis amigas me han dicho ‘¿cómo hiciste para ir al urólogo?’ Es muy dramático”. Valerie concluye que la vasectomía no es algo que muchas mujeres trans contemplen por esta razón y otras más relacionadas con la orientación sexual.

Consultamos a la doctora Diana Torres sobre registros al respecto en Profamilia. “Realmente las personas no binarias o mujeres trans que se realizan vasectomía son muy pocas. En los últimos cinco años, yo he realizado este procedimiento en una persona no binaria”, apunta.

«A mí me han enviado para ver cómo están los testículos y es súper incómodo. Una llega y le preguntan ‘a usted por qué la mandaron aquí’, por el nombre y el sexo en la cédula. Es bastante difícil».

Valerie.

*El nombre de la fuente fue cambiado.

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