La ansiedad de pensar que algo va a pasar cuando te subes al carro. Sentarse en la silla del copiloto con miedo. Comprobar que la puerta abra, fingir una llamada para que el conductor sepa que nos esperan. Ver nuestro destino cerca y sentirnos afortunadas porque nada nos pasó esta vez. ¿Alguna de estas escenas parece conocida? Ir de un punto a otro a través de un transporte pedido por plataforma se convirtió en uno de los grandes miedos para las mujeres cisgénero, transgénero y niñas que habitamos las ciudades del país.
El miedo va mucho más allá de la paranoia. Los casos de abuso sexual y violación en carros de estas aplicaciones están surgiendo a diario. El pasado dos de mayo, Alejandra* denunció a través de Twitter que el 30 de abril un conductor de Uber presuntamente agredió sexualmente a la amiga con la que tomó el servició en Bogotá. Ella cuenta que se sentó en la parte de atrás con su mascota, su amiga se sentó adelante. “El conductor le empezó a tocar las piernas sin ningún consentimiento” dice el testimonio. “El tipo la intimidó mirándola por los espejos”.
Los casos que documentamos ocurrieron en Bogotá, Medellín y Cali e involucran a conductores de Uber, Beat, DiDi, Indriver y usuarios de Cabify. Seguramente la situación se repite en otras ciudades, pero no todas denuncian y no todos los escraches se hacen virales. El informe ‘Las Mujeres y el transporte en Bogotá: las cuentas’ de Despacio y el Ross Center de 2020 resalta que la mayoría de los incidentes de violencia de género y acoso sexual en transporte no son reportados a las autoridades. “Lo que hace difícil dimensionar la magnitud de la problemática”, asegura el documento. En estas plataformas no es diferente.
Aunque en 2013, cuando Apps como Uber llegaron al país, eran comunes los buenos comentarios sobre estos servicios. Pero con el paso del tiempo, las denuncias contra sus conductores por violencias sexuales empezaron a repetirse. La investigadora sobre movilidad urbana sostenible, Lina Quiñones, encontró en 2018, que un 59.3 por ciento de mujeres había sufrido acoso sexual mientras se movilizaba en carro particular en Bogotá.
Cuatro años después, la situación parece no haber mejorado, sino todo lo contrario. En los últimos meses, las denuncias se han reproducido casi que a diario, al menos en redes sociales. ¿Qué está pasando con las plataformas de movilidad? En MANIFIESTA contactamos a las cinco Apps más usadas para averiguar qué acciones están tomando ante este tipo de denuncias. ¿Son efectivos los posibles protocolos o estrategias de seguridad que han implementado para contrarrestar estas formas de violencia de género?
No estamos seguras en ninguna aplicación
Alejandra afirma que luego de la agresión y de bajarse del carro, llamaron a la Policía, pusieron la denuncia con los datos que tenían del conductor y reportaron el caso en la plataforma. “Uber sólo me devolvió lo que había costado el viaje y me dijo que iba a tomar las medidas necesarias, pero nunca me suministró más datos para poder hacer una denuncia más formal”. Teme que el conductor migre a otras plataformas, aunque lo expulsen de esta. La cuenta de Uber Support le contestó que le habían enviado un mensaje directo para hacerle seguimiento a lo sucedido. “Queremos revisar lo que mencionas cuanto antes. (…) Estamos acá para apoyarles”.
Hace años, muchas mujeres veíamos en estas plataformas una opción más segura que el tradicional taxi, al que muchas le tememos. Un miedo que revivió el pasado 23 de abril, cuando una adolescente de 17 años denunció que un taxista presuntamente la drogó y la violó. La denuncia se hizo viral. Ella cuenta que tomaron taxi en la calle con su novio en Chapinero, Bogotá. Él se bajó antes y tomó fotos de la placa del taxi. Sin embargo, ella despertó horas después en la casa del presunto victimario, quien tenía videos de la agresión. Los taxis son la segunda forma de movilidad más común de las bogotanas.
Parte de la noción de seguridad que podíamos llegar a sentir con estas plataformas, es que existe una aplicación detrás monitoreando los recorridos y las posibles eventualidades. Existe un registro del conductor, unos datos, alguien con quien quejarse. Sin embargo, las denuncias, que se repiten cada vez con más frecuencia en redes sociales, están mostrando que esto no es suficiente y que subirnos a estos carros está constituyendo un riesgo para nosotras.
La historia de Alejandra y su amiga se repitió en 2021 para una mujer en Cali, pero con un conductor de la App Beat. “La noche de ayer pedí un beat para mi casa (…) –El conductor– me dice que estoy muy linda y que el escote que traía no era para una niña como yo”, dice su testimonio. La mujer asegura que en un semáforo se dio cuenta de que el conductor cambió la ruta hacia el sentido contrario. “Tuve que decirle que parara, no quiso, me tocó gritarle, él solo se reía”. Cuando lo amenazó con romper el vidrio del carro, la dejó bajar. “Cuando me bajé, me grita que soy una perra y que las mujeres como yo merecían que nos violen”.
En su denuncia pública afirma que hizo el debido reporte en la aplicación. La cuenta de Beat que respondió en Twitter fue la de Chile y no la de Colombia. “Nuestro equipo ya está al tanto de lo sucedido”, dijeron.
El pasado 11 de mayo, otra denuncia se hizo viral también por Twitter. En Medellín, una mujer solicitó un viaje por la plataforma InDriver. Sin embargo, leyó los comentarios negativos sobre el conductor entonces canceló y solicitó otro servicio. Según ella, cuando salió de su casa, ese conductor estaba esperándola y le envió una amenaza de muerte a través de la aplicación.
Al día siguiente, InDriver publicó un comunicado en Twitter donde afirma que se activó un seguimiento prioritario del caso. “La cuenta del conductor, pese a no tener registros previos de mala conducta, fue bloqueada permanentemente de la aplicación”. También aseguraron que mantienen comunicación con la víctima, ofreciéndole apoyo y trabajando con las autoridades locales.
Fernanda* es conductora de Cabify y en dos ocasiones ha sido acosada por pasajeros. “Recogí a un pasajero, por la 145, y estaba borracho. Todo el camino me hizo comentarios feos: que era muy bonita, que le hacía falta una hembra y que si yo quería, nos casábamos ya”. De acuerdo con ella, el hombre intentó tocarla varias veces. “Solo pude deshacerme de él cuando le prometí que en 20 minutos volvía a recogerlo. Apenas se bajó, arranqué a toda”. Fernanda nunca reportó a los usuarios. “Me dio miedo que me calificaran mal y de pronto me sacaran de la aplicación. Me quedo sin trabajo”, responde la mujer de 45 años.
Hoy en día, las plataformas más usadas en las ciudades del país son Uber, Cabify, Didi, Beat e Indriver. Contactamos a cada una de estas organizaciones para saber qué tienen por decir ante estas denuncias de inseguridad.
Muchos protocolos y… no sabemos si funcionan
Manuela Bedoya, gerente de comunicaciones de seguridad de Uber en la región Andina, Centroamérica y el Caribe, asegura que la plataforma trabaja para contrarrestar estos casos. Las funciones más comunes son compartir el viaje y llamar a emergencias. “Puedes configurar para que se compartan todos los viajes o solo los de la noche hasta con cinco contactos de confianza. Y la llamada es a las autoridades competentes, la Línea 123”.
Manuela explica que es mejor llamar a esta línea desde Uber y no desde el celular. “Cuando utilizas nuestro botón, te muestra la ubicación aproximada, el vehículo y nombre del conductor. Otras dos funciones son un PIN, “El conductor te va a pedir ese código de cuatro números y sólo podrá iniciar el viaje si le das el código correcto”, y El RideCheck, que monitorea si hay una parada anómala o un cambio de ruta significativo. “La app manda un mensaje: ‘Tu viaje se detuvo, ¿está todo bien?’”, explica ella.
Además, dice Manuela, Uber pide al azar una foto a los conductores, en cualquier momento, para verificar que quien maneja es la persona registrada. Las interacciones con el conductor dentro de la App son monitoreadas por un algoritmo que detecta palabras inapropiadas y de índole sexual. “Si eso pasa, la aplicación envía la conversación al equipo de soporte para que revise lo que está pasando”. Finalmente, “Protegemos la información de la usuaria y del conductor para prevenir un contacto posterior”.
Navegando la plataforma se encuentra un filtro de revisión de documentos personales: licencia de conducir y tarjeta de propiedad, así como de antecedentes penales. “Todos los interesados en registrarse como arrendadores pasan por una verificación de antecedentes realizada por un tercero”. Según la plataforma, solo el 30 por ciento de los conductores que inician el proceso lo completan satisfactoriamente.
Beat, por su parte, le aseguró a MANIFIESTA que la seguridad de sus usuaries es lo más importante para la plataforma. “Nuestra aplicación cuenta con funcionalidades de seguridad a través de las cuales se brinda acompañamiento integral a los pasajeros, antes, durante y después de cada viaje, mediante el monitoreo en tiempo real”. Como Uber, esta app tiene un Botón de Emergencia, que contacta al usuarie con la Línea de emergencias 123. También permite compartir el viaje con alguien de confianza en tiempo real.
Respecto a los conductores que trabajan en Beat, “A través de Truora, start-up colombiana especializada en la digitalización de antecedentes penales y judiciales de los ciudadanos, realizamos el filtro de usuarios conductores y sus vehículos”. Añade que activan solo a quienes pasan el protocolo de seguridad: verificación de datos personales, revisión de antecedentes a nivel nacional, licencia de conducir y tarjeta de propiedad del vehículo
*Las respuestas con asterisco corresponden a información añadida que no sale en las páginas oficiales de las plataformas. En el caso de Beat es información brindada a MANIFIESTA, mientras que en los casos de DiDi e InDriver es información que concedieron a El Tiempo en 2020.
Similar a Uber, Beat cuenta con una evaluación de sus conductores de manera periódica. Lo anterior permite que “Cuando un conductor recibe una calificación desfavorable, o se ve involucrado en algún incidente, procedemos a tomar las medidas correspondientes”.
Cabify le contestó a MANIFIESTA sobre sus protocolos de seguridad, que son muy parecidos a los de Uber y Beat: compartir el viaje, botón de emergencia, atención de equipo de soporte, revisión de antecedentes de los conductores. La única diferencia que encontramos fue la siguiente: “Cabify contempla en sus procesos la presentación de acciones legales directas en contra de usuarios conductores que pudieren haber cometido acciones fraudulentas para violar los controles de seguridad de la plataforma”.
En el caso de DiDi, tienen un protocolo de seguridad para casos de violencia de género de ocho pasos: Asistencia en seguridad con la Central de Emergencia DiDi, Orientación para presentar una denuncia ante las autoridades, direccionamiento a canales oficiales como Línea Púrpura o CAIVAS, asistencia médica y apoyo psicológico, facilita contacto con autoridad competente, suspensión de cuentas involucradas mientras se investiga, bloqueo permanente de cuenta infractora. Finalmente, hay un seguimiento periódico con las partes involucradas.
Frente a la seguridad de las conductoras, Cabify anunció el 8 de marzo pasado –Día de la Mujer Trabajadora– el lanzamiento de la campaña de seguridad para mujeres ‘Tecnología que no debería existir’. Una de las funciones se llama ‘Señal Secreta’, que busca proteger a conductoras que se sientan insegures durante el viaje, como en el caso de Fernanda.
Tanto DiDi como Uber cuentan con una función que las conductoras de sus plataformas pueden activar cuando quieran para recibir solicitudes sólo de usuarias mujeres. En DiDi el botón se llama DiDi Mujer y en Uber, Ellas, como parte de la campaña ‘Juntas al volante’.
No obstante, MANIFIESTA le pidió a estas cinco plataformas de movilidad el número de peticiones, quejas, reclamos o denuncias por violencias basadas en género durante los últimos tres años y medio. Solo Beat y Uber nos dieron información al respecto. Cabify omitió la respuesta a esta pregunta y DiDi e InDriver no respondieron la solicitud.
“Esa información no la tenemos. Cuando recibimos un reporte debemos revisar si la denuncia es cierta. Por ahora solo hemos hecho un estudio en Estados Unidos. Para sacar el reporte de un año, duramos dos años en auditoría por parte de un tercero para clasificar cada uno de los reportes que llegaron”, afirma Manuela Bedoya. “En este momento no tenemos la capacidad para hacerlo en otros países”.
Beat afirma que en los últimos 6 meses han registrado una tasa menor al 0,01 por ciento en incidentes relacionados a violencias basadas en género a través de su plataforma, pero no dan una cifra exacta. “Nuestra meta sigue siendo llegar a cero incidentes, pues cada uno afecta la vida de una persona y no tendremos ninguna tolerancia en este sentido”.
Teniendo en cuenta lo anterior, no es posible afirmar si los protocolos de las plataformas a la hora de prevenir o enfrentar estas violencias funcionan o no. Por las respuestas, solo DiDi parece tener un registro de las PQRD relacionadas con violencias de género, pero no ahonda en la respuesta. Si no hay un registro, ¿Cómo poder evaluar la situación de violencias de género en estos recorridos? Sin información es muy difícil evaluar. A esto se suma el subregistro de denuncias, tanto en las Apss como ante las autoridades.
Lina Quiñones encontró en 2020 que solo el 10.2 por ciento de las mujeres que ha sufrido algún acoso sexual en el transporte público de Bogotá lo reporta. “Parece que muchas mujeres consideran que reportar es la exposición del acosador al público, más que denunciar el episodio ante las autoridades, lo que sugiere que ellas no son conscientes de la posibilidad de denunciar dichos episodios”, afirma. Su investigación arrojó que el 90% de las mujeres víctimas de acoso sexual en este medio no lo reportan ni denuncian por falta de apoyo de las autoridades, percibir el reporte como inútil, la normalización del acoso, problemas con el procedimiento y miedo.
Manuela resalta la importancia de reportar y denunciar ante las autoridades para que no pase lo que Alejandra teme: que el conductor sea bloqueado, pero migre a otra plataforma. “Muchas veces la gente denuncia directamente en redes sociales, eso no está mal, lo malo es cuando lo hacen sin reportar antes en la aplicación. Algunas personas dicen que Uber no contesta, pero cómo vamos a saber si no hay un reporte previo. Nos enteramos cuando el caso se hace viral”. Explica también que la denuncia ante las autoridades es necesaria. “Nosotros sólo podemos bloquear y expulsar al agresor de Uber, pero si no se interpone la denuncia, puede irse a otra aplicación para seguir agrediendo a otras mujeres”, asegura.
Otro factor que dificulta analizar la efectividad de las medidas y protocolos adquiridas por las plataformas es la falta de estudios sobre la seguridad de las mujeres en dichas plataformas de movilidad o el error en el análisis de dichas aplicaciones. Por ejemplo, en la encuesta de movilidad de Bogotá, de 2019, estas Apps se estudiaron en la parte de tecnología, comparándolas con aplicaciones totalmente diferentes como Waze, que es de tránsito e indica cómo llegar a algún lugar.
Hasta la publicación de este artículo ni DiDi, ni InDriver contestaron las preguntas enviadas por MANIFIESTA. Las tablas comparativas se llenaron con información disponible en sus páginas oficiales y en otros medios de comunicación.
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Así como son innegables los protocolos y estrategias de seguridad en las plataformas de movilidad, también son innegables las denuncias contra sus conductores. ¿Cómo se puede evaluar la efectividad de los mismos sin registros oficiales disponibles? Nos gustaría brindar más herramientas para responder esta pregunta. Por ahora, podemos compartirles algunos consejos para cuidarnos entre nosotras, como siempre.
- Verificar que la placa y la foto del conductor coincidan antes de subirte al vehículo. Si encuentras alguna inconsistencia, no dudes en cancelar y reportar el servicio.
- Identifica los botones de emergencia y las funciones de seguridad de la aplicación que vas a usar antes de pedir el viaje.
- Mantén un buen porcentaje de batería en tu celular para compartir el viaje con tus contactos de confianza.
- Avisa a un tercero de confianza de dónde sales y cuál es tu lugar de destino.
- Si eres agredida de alguna manera, reporta en la aplicación, si quieres hacer un escrache en redes sociales, estás en todo tu derecho. Recuerda que denunciar ante las autoridades puede ayudar a que el agresor no migre a otras plataformas, te recomendamos hacerlo también.
Recuerda: hay un vacío en la regulación de estas plataformas ante el Ministerio de Transporte, que hace complejo interponer una queja por la mala prestación de un servicio de movilidad. Sin embargo, ten en cuenta que si tu caso implica una conducta delictiva como acoso sexual, puedes acercarte a la Fiscalía o a la Policía para denunciar. Es importante que tengas los datos del conductor, el nombre, la placa del vehículo y los datos del recorrido. La plataforma no puede negarte estos datos bajo ningún motivo.
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