Hoy se cumplen 400 días sin Luz Leidy. Familiares, amigas y el resto de mujeres que se han unido la siguen buscando. Crédito imagen: @FdoQuijano en Twitter.
El primero de enero de 2020 Luz Leidy salió de su casa en Medellín luego de discutir con su pareja. Desde ese día su hija, su hermana y el movimiento político de mujeres Estamos Listas la buscan en una movilización social constante que la convirtió en un símbolo de las mujeres desaparecidas en la ciudad.
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“Que tiemble el Estado, los cielos, las calles
Que tiemblen los jueces y los judiciales
Hoy a las mujeres nos quitan la calma
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”.
La voz de Vivir Quintana es el timbre del celular de Yesenia Rivera. El aparato vibra sobre el comedor de la casa en la que vive desde el 22 de enero del año pasado, casi veinte días después de que desapareciera su madre, Luz Leidy Vanegas. Yesenia lleva uno de los 23 años que tiene buscándola. Durante todo 2020 su voz se escuchó con fuerza en las redes sociales, los medios de comunicación y diferentes plataformas de derechos humanos en el país. Cada difusión de su voz amplificada tenía el mismo objetivo: encontrar a su mamá.
Luz Leidy Vanegas Orozco, de 44 años, desapareció el primero de enero de 2020. Ese día salió a eso de las cinco de la tarde de su casa en el barrio Castilla en Medellín, luego de discutir con Fernando Yepes, su pareja. “Luz es de contextura robusta, color de piel blanca, cabello mediano, crespo y negro, ojos de color negro, nariz alomada, boca grande y labios medianos”, describe un afiche de búsqueda de la Fiscalía que hicieron días después de su desaparición.
Ese día estaba vestida con un jean de color azul oscuro, una camisa blanca y unas sandalias, cuenta Diana Vanegas, su hermana. Un día antes de desaparecer compartieron una cena de año nuevo en su casa. Solían hacer un mapa de sueños que, según Yesenia, por alguna extraña razón no hicieron para cerrar el 2019. Brindaron y se formaron en círculo para expresar unas palabras de agradecimiento por ese año vivido. La noche se les fue tomándose fotos y conversando hasta el día siguiente.
Junto al movimiento político de mujeres Estamos Listas, diferentes organizaciones y múltiples individualidades en la ciudad, Yesenia y Diana no han dejado de buscar activamente a su madre, a su hermana. Tampoco le han dejado olvidar, ni al Alcalde de Medellín, ni al Gobierno ni a la sociedad colombiana, que la siguen buscando, y que no van a parar hasta encontrarla. Es una lucha que desde la calle y la virtualidad ya ajusta un año, en la que el silencio institucional y el grito de las mujeres que se unen para resistir han sido protagonistas.
Esta búsqueda incesante, que no se rinde, ha convertido con el paso del tiempo a Luz Leidy en un símbolo de las mujeres desaparecidas en Medellín.

La tarde del día de su desaparición, Luz Leidy almorzó con Fernando en un centro comercial. Al regresar a casa discutieron y ella salió alrededor de las 5:30 de la tarde. Diana cuenta que, revisando la grabación de seguridad de la Policía, se dieron cuenta de que su hermana nunca se ve salir de la cuadra donde se ubica su casa. “Hay que salir por uno de los dos lados en dónde están las otras cámaras, y en la cámara de un lado se ven Fernando y mi sobrino que salen después, pero Luz nunca se ve salir de esa cuadra. Nunca se ve”, repite.
La única hipótesis que se le ocurre a Diana es que se haya montado en un carro. “Antes de que saliera mi sobrino pasan algunos taxis y un bus”, recuerda, y añade que, para ella, el hecho de que Fernando invitara a Luz Leidy a almorzar ese día en un lugar público quizá tenía el objetivo de ser visto con ella de manera tranquila, de no generar ninguna sospecha en caso de estar involucrado con la desaparición de su hermana.
Una madre y una hermana desaparecida
En el segundo 57 de un video familiar se ve a Luz Leidy Vanegas de espaldas y bailando, usando una camiseta azul y una sudadera gris, sonriendo y moviendo las caderas al vaivén de un porro cuyo ritmo también se refleja en la falda de flores de su hermana Diana Vanegas. Era el seis de octubre de 2019. Ese fue el último cumpleaños de Luz Leidy que celebraron juntas.
“Toda mi familia es de Gómez Plata (Antioquia), yo nací allá, pero ella sí nació acá”. Mientras Diana suspira con fuerza, piensa en voz alta si debe contar todo todo esto que está por contar. Finalmente continúa: cuenta que su hermano Luis fue asesinado cuando tenía 20 años. También habla sobre el fallecimiento de su hermana menor, de sus padres y del papá de Yesenia. “Solo quedamos Vanegas (Luz Leidy) y yo, por lo mismo éramos muy unidas”.

Dicen que a Luz Leidy le gusta la canción Smooth de Santana y que se desvive por Chayanne. Dicen que le gusta bailar porro y que si la noche transcurre al ritmo de pura música tropical ella disfruta sin tomarse un solo trago. Dicen que le encanta hacer bisutería y es su pasatiempo favorito. Dicen que la gelatina blanca de pata y los masmelos la tientan a no parar de comer y eso que no es muy mecatera. Que Luz nunca ha sido de abrazos ni de amigxs.
Sobre todo, dicen que ella nunca sale sin avisar, que sus hijxs y su hermana le mueven el corazón y que se sabe números, cédulas, direcciones, horarios y dolencias de cada unx. “No es normal, yo conozco a mi mamá”, asegura Yesenia. “Si fuera el caso que estuviera por ahí, mínimo hubiera llamado a decir que estoy por ahí, que no me busque o alguna cosa”.
El dos de enero diseñaron una imagen de búsqueda y la empezaron a rotar a través de WhatsApp. Luego fueron a Medicina Legal. “Fuimos a preguntar en varios hospitales de una lista que nos dieron allá”, recuerda Yesenia. Esa noche fue con Fernando a poner la denuncia. Recuerda que el primer funcionario de la Policía en atenderles desestimó el caso y les dijo que Luz Leidy había escapado, que probablemente estaba pasando una rabia. Además, el personal encargado estaba en vacaciones colectivas.
La Policía aplicó el protocolo de esperar 72 horas para iniciar la búsqueda, aunque la ley 971 de 2005 estableció un mecanismo de búsqueda urgente que acelera este proceso. El fiscal fue asignado 10 días después de la desaparición y no fue hasta que Yesenia y Diana lo visitaron que se percató del caso. “Nos recibió y nos dijo que ya iban a hablar nuevamente de la búsqueda y que le habían asignado unas tareas a un investigador para que hiciera todas las diligencias”, cuentan ellas. “Que si sabían algo nos llamaban o que podíamos ir a preguntar solamente de forma presencial”.
Diana y Yesenia recuerdan los corredores en los que perdieron el rumbo mirando a cada persona, cada rostro, cada forma de cada cuerpo, cada prenda, cada color de piel y cada peinado. Pasaron de los hospitales a caminar por las quebradas, puentes, callejones y avenidas de Medellín. “Un vecino venía a veces en la moto y me decía: ‘Vecina, ¿pa’ dónde nos vamos?’. Y repartíamos volantes en la calle. A uno todo indigente se le parecía a ella… todavía”, cuenta Diana.
Cuando Luz Leidy desapareció Yesenia dejó de volver por las noches a la que era su casa y comenzó a amanecer en diferentes lugares de la ciudad, esperando una señal de su mamá en algún lado. En su trabajo le dieron permiso para seguir buscando. Luego de 21 días decidió irse a vivir a la casa de su pareja y regresó al trabajo “porque sino me enloquecía sin hacer otra cosa que no fuera buscarla”, dice. Cuando se siente triste, su perrito Morgan, una especie de Rottweiler con dermatitis que vive con ella, se le acerca y le lame la cara hasta que la hace reír.
En su adolescencia Yesenia hacía trabajo social en el barrio Castilla de Medellín y en la vereda El Cerrito, en Gómez Plata, haciendo voluntariados con niñxs y en encuentros navideños. Ahora estudia un diplomado en mujeres y política, participa en la Corporación Ruta C, donde coordina el área de mujeres y entre estas actividades sigue buscando activamente a su mamá.
Según cifras de Medicina Legal 1820 mujeres siguen sin aparecer en Antioquia. De igual forma, una alerta emitida por la Gobernación el 29 de agosto de 2020, en el marco de la conmemoración del día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, menciona que durante el primer semestre del año 50 mujeres desaparecieron y se refieren al caso de Luz Leidy: “en su cuenta de Twitter, Yesenia Rivera, su hija, cuenta los días sin tener noticias de su mamá”.
Asimismo, en un informe de la Secretaría de Inclusión Social de la Alcaldía de Medellín alertando sobre la desaparición de mujeres en la ciudad, se registraron entre abril y noviembre de 2019 79 casos de desapariciones. 30 de estos casos eran mujeres. Mientras que en 2020, a fecha de 21 de noviembre, iban 64 desaparecidas. Una de ellas es Luz Leidy.
“A Luz Leidy la buscamos todas”
La Secretaría de Inclusión en Medellín les brindó a Diana, a Yesenia y a su hermano una asesoría psicológica grupal el ocho de enero de 2020. Ese mismo día acompañaron un plantón que exigía justicia por un feminicidio en el municipio de La Estrella. Allí hablaron con medios de comunicación, salió la primera noticia sobre la desaparición y conocieron a la Concejala del movimiento político de mujeres Estamos Listas, Dora Saldarriaga.
En el lugar donde la política hace envivos y participa de las sesiones del Concejo, reposa pegado a la pared una ilustración que hizo Titania Mejía y que es el retrato de Luz Leidy con una frase que declara: “A Luz Leidy Vanegas la buscamos todas #LaQueremosViva”. Saldarriaga, y el resto del movimiento, han buscado junto a Yesenia y Diana desde hace meses.
Gerardo Pérez, consultor en políticas sociales y un líder de la ciudad que ha apoyado buscando a otras personas, también llegó a la familia Vanegas y las apoyó para hacer un plantón el nueve de febrero en la cancha “El Cuadrito” frente al Hospital La María, muy cerca de la dirección donde vivía Luz Leidy. Durante este, familiares, amigxs, y vecinxs pintaron carteles y oraron, mientras que amigas de Luz Leidy del taller de bisutería repartieron pulseras. También hubo presencia de tres medios de comunicación locales, lo que hizo más visible la búsqueda hasta que llegó la pandemia por la covid-19.

Desde que establecieron la cuarentena obligatoria a nivel nacional, a mediados de marzo del año pasado, ya no hubo la misma posibilidad de buscar en las calles. Fue ahí donde las redes sociales se convirtieron en aliadas de la búsqueda de Yesenia, Diana y el resto de mujeres que empezaron a buscar en conjunto a Luz Leidy. Con la pandemia llegaron más preocupaciones: mantener los empleos, la salud y sobrevivir al pánico colectivo de estos meses, pero el objetivo de encontrarla siguió firme: no salían diariamente como al comienzo, pero sí cada vez que era posible. Por ejemplo, el nueve de abril se cumplieron #100DíasSinLeidy. Ese día publicaron y divulgaron su foto con el hashtag y el mensaje #LaQueremosViva, que lograron volver tendencia el primero de junio.
Para mantener viva la movilización de esta búsqueda también en redes sociales, Yesenia buscó ayuda gubernamental y llegó el 31 de mayo al recinto virtual del Concejo de Medellín con un video donde relataba su lucha, mientras se desarrollaba el último debate para aprobar el Plan de Desarrollo de la ciudad. Contactó a varixs de lxs integrantes para que durante la plenaria intervinieran con un mensaje sobre la búsqueda de su madre. Al final de la jornada el Alcalde se pronunció por primera vez sobre el caso y envió un saludo de solidaridad a la familia. “Todos los días hacemos un trabajo con el CTI que está al frente de la investigación”, dijo.
En junio la movilización social presencial se reactivó en la ciudad: plantones y marchas por el abuso policial o matrícula cero para las universidades lideraron nuevamente la agenda de las marchas en Medellín. En varias de ellas, la ilustración de Luz Leidy hacía presencia, como un recordatorio de que aún no la encontrábamos.
La presión, en las redes y en la calle cuando se podía, continuaba para que Fiscalía y Policía avanzaran en la investigación. Pero la respuesta que le daban a Yesenia cuando llamaba siempre era la misma: seguían indagando.
El segundo plantón nombrado #HastaEncontrarALuzLeidy se realizó el dos de septiembre en el edificio Business Plaza, sede de la Secretaría de Seguridad, para exigir avances en la investigación. Luego llegó el siete de octubre de 2020, la fecha del cumpleaños 45 de Luz Leidy, 281 días después de su desaparición. Diana estuvo en el funeral de un familiar en su pueblo. En el velorio, en un negocio frente a la funeraria, sonó la canción Desapariciones de Rubén Blades. “Y hasta ahí llegamos todos”, recuerda.
Por casos como este, Estamos Listas convocó a un debate de control político en el Concejo el 10 de octubre de 2020 con el fin de esclarecer casos, razones y generar búsquedas activas de las mujeres desaparecidas en la ciudad. 10 días después, el 20 de octubre pasado, se conformó una mesa especial desde la Alcaldía para hallar a Luz Leidy, que consistió en repartir afiches de su madre en compañía de Estamos Listas, algunos agentes de Policía y Ejército en el barrio Castilla. Según anunció ese día la Policía Metropolitana se daría una recompensa, aunque no se especificó el monto de 20 millones de pesos sino hasta el 19 de noviembre.
La última movilización fue el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres. Ese 25 de noviembre Yesenia llegó de afán, se puso un tapabocas morado y unas aretas en forma de flor que le combinaban, hechas por su madre. Su tía Diana la esperaba en el Teatro Pablo Tobón Uribe. La marcha salió a las 4:00 de la tarde con ellas. Llegando al Parque de San Antonio una mujer encapuchada levantó la foto de Luz Leidy y un grupo de mujeres que la rodeaba comenzó a cantar repetidamente: «Y Luz Leidy, ¿Dónde está?«. Yesenia no estuvo presente en los cánticos, pero al enterarse de la anécdota sonrió mientras enseñaba alegre el obsequio que recibió ese día: una pañoleta de Estamos Listas.

¿Por qué Luz Leidy sigue sin aparecer?
Una reja morada sobre una pared amarilla destaca entre los grises de la avenida La Playa. Es la casa de Estamos Listas. Gloria Elena Castaño, una de sus integrantes, es actualmente la encargada de dinamizar #BuscarlasHastaEncontrarlas, una estrategia que nació en junio de 2019 con la desaparición de Karina Rivas, una afrolideresa participante del movimiento que afortunadamente apareció con vida.
Desde entonces, cuando una mujer desaparece, ellas aportan de tres maneras. La primera consiste en divulgar por redes sociales; segundo, activan el círculo de aliadxs, organizaciones y personas que se han unido a la estrategia y tercero, la concejala inicia el control político para presionar a las instituciones encargadas de la búsqueda y la restitución de derechos de las mujeres que consiste en un restablecimiento de la dignidad, la reparación con atención en salud y garantías de no repetición. “No solo la va a buscar una familia, la vamos a buscar todas y eso creo que es lo más fundamental de esta estrategia”, explica Gloria.
La estrategia generó una respuesta de la Alcaldía, que en junio creó una Mesa de Seguimiento de Desaparición de Mujeres en la que participan la Fiscalía, Medicina Legal, la Policía, la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos, Secretaría de Seguridad, Secretaría de Inclusión y Secretaría de Mujeres. #BuscarlasHastaEncontrarlas también consiguió que el Alcalde se pronunciara por segunda vez sobre el caso de Luz Leidy en un tuit del 17 de junio, donde menciona la existencia de tres hipótesis sobre su desaparición que, hasta hoy, su familia desconoce.
Familia, personas cercanas a ella y líderes involucradxs en su búsqueda tienen sus propias versiones. Gerardo, por ejemplo, opina que el hecho de que Luz Leidy fuera una trabajadora doméstica y de que su esposo la sostuviera económicamente, “lo ponía en una condición de superioridad, de poder y dominación sobre ella», expone. «Yo lo que no me explico es por qué no hay un reporte que permita, por lo menos, saber el nivel de investigación que se ha tenido con la pareja de ella”.
Sumándose a lo dicho por Gerardo, Gloria plantea que lo que hay es “un contexto de sospecha sobre su relación amorosa, porque efectivamente no había nada más allí a su vida privada”. Un ‘pacto patriarcal’, lo llaman dentro del movimiento político: “tal vez el que la desapareció o los que la desaparecieron no contaban con que efectivamente en Medellín no iba a seguir siendo tan marginal esto”, explica.
Adriana Quintero, mejor amiga y vecina de Luz Leidy desde hace 18 años, ha ayudado desde ese primer día del año compartiendo los afiches de su búsqueda. Para ella es extraño lo que pasó. “Ella era una persona muy centrada y sensata, no era de esas determinaciones para salir así como tan a la ligera, no era como de esos arranques cuando peleaba con Fernando”, afirma.
Para Diana y Yesenia, por su lado, fue muy sospechoso que Fernando fuera la primera persona en llamarlas para avisarles de la desaparición de Luz Leidy ese día cerca de las seis de la tarde. También les parece sospechoso que al comienzo Fernando asegurara que ella llevaba su billetera cuando se fue, y luego enterarse una semana después de que la tenía guardada. “Tiene que ser que le haya hecho algo, no él directamente, porque se quedó en la casa cuando ella salió. Pero uno le puede mandar perfectamente hacer algo a alguien, lastimosamente es así”.
Por vía telefónica, y sin negarse a la conversación, Fernando respondió a diferentes preguntas suscitadas por las sospechas de sus familiares. El hombre, que trabajaba con taxis y ahora trabaja con camiones, cuenta que ese día salieron a almorzar para que ella no hiciera almuerzo y para darle gusto a su hijo que quería comer hamburguesa. Pero él niega que haya habido una discusión: “Yo estaba haciéndole un reclamo sobre una situación que estábamos viviendo y ella me dijo que no tenía nada que ver, si quiere compruebe en el celular y ahí fue cuando me dijo, ‘no, yo me voy’”. Fernando dice que Luz Leidy iba para la casa de su hermana, por eso la llamó después. “Diana no me contestaba, entonces yo salí a ver si la veía por ahí”.
Ante la pregunta de por qué tenía la billetera, Fernando responde que la encontró en una bolsa mientras limpiaba la casa, días después. “Ahí me di cuenta que ella se había ido sin papeles”, dice. Y al preguntarle por la desaparición de su pareja, sus respuestas son variadas. “No sé con quién se metió”, es lo primero que responde, sin dar mayores explicaciones. Luego cuenta una historia de cómo Luz Leidy se accidentó en una moto cuando estaba embarazada de Yesenia y a raíz de eso perdió el olfato y tuvo un problema en la cabeza. “Entonces yo digo que de pronto tuvo un problema en la mente y estaba por ahí andando”, intenta explicar Fernando.
Al preguntarle directamente si estuvo relacionado de alguna manera con la desaparición de Luz Leidy, Fernando responde que no, rotundamente. “En ningún momento, para nada. Gracias a Dios. Cómo le digo a todo mundo: yo tengo mi conciencia tranquila”.
Adriana tampoco considera que Fernando pudiera estar involucrado. “Yo también soy amiga de Fernando, obviamente no tan íntima como lo era con Leidy, pero yo no lo veo capaz de hacer un acto de esos”, dice.
Ante el silencio institucional que Estamos Listas considera violento, Gloria cuenta que han hecho dos estrategias activas enfocadas en encontrar a Luz Leidy: exigir diariamente en redes sociales un pronunciamiento del Alcalde y una acción jurídica realizada en agosto del año pasado que consistió en presentar varios derechos de petición dirigidos a la Secretaría de Seguridad, la Policía y la Fiscalía, solicitando un informe oficial sobre las actuaciones administrativas que se han cumplido en pro de la búsqueda de Luz Leidy.
En respuesta al derecho de petición y con firma de José Gerardo Acevedo Ossa, el Secretario de Seguridad, afirmó el pasado 17 de septiembre que ese despacho “dispuso de todos los recursos en materia de movilidad, infraestructura, logística, comunicaciones, pago de recompensas, entre otros”.

Ante la pregunta de por qué Luz Leidy sigue sin aparecer, la misma Secretaría de Seguridad le respondió a MANIFIESTA el pasado 13 de noviembre que “se han apoyado y se seguirán apoyando todas las herramientas y estrategias para dar solución al caso de desaparición de Luz Leidy Vanegas. Se ha logrado la articulación de la Policía Metropolitana y la Fiscalía General para la investigación de este caso”. Además, dicen que por razones de reserva sumarial y prudencia con la investigación no es posible mencionar las supuestas tres hipótesis mencionadas por el alcalde en junio del año pasado. Ya han pasado seis meses desde que se mencionaron esas hipótesis.
El Grupo de Desaparecidos de la Fiscalía General, como organismo competente, se quedó sin responder a la misma cuestión después de insistir a su coordinación, remitirle una entrevista e insistir desde el 13 de noviembre. Su respuesta más reciente fue del 14 de diciembre:

Por su parte, la secretaria de las mujeres en Medellín, Juliana Martínez Londoño, dice que para el caso concreto de Luz Leidy se han tenido conversaciones con Fiscalía y con la Secretaría de Seguridad para conocer las hipótesis sobre el caso, así como con sus familiares para ofrecer y poner a disponibilidad los servicios de la agencia.
Yesenia y Diana continúan con la incertidumbre. Para ellas el silencio institucional se mantiene hasta que se les informe de una búsqueda efectiva. Dice Yesenia que la desaparición de su madre ha servido para que en Medellín se den cuenta de que son muchas las mujeres que desaparecen a diario y que a todas hay que buscarlas igual. En sus manos la búsqueda de Luz Leidy seguirá viva hasta encontrarla.
La noche del 31 de diciembre de 2020, la familia de Luz Leidy encendió una vela blanca con su nombre en letra cursiva de color rojo. Esta vez retomaron la tradición del mapa de sueños con uno que muchxs anhelamos pronto: encontrarla.
“Hay quienes me dicen: ‘¿por qué no haces un duelo?’ Y yo no puedo hacer un duelo. Sabemos que lo más probable es que esté muerta, pero yo no puedo hacer un duelo porque no está, hacer un duelo es decir ya no la voy a buscar y yo no puedo dejar de buscarla. ¿Hasta cuándo la voy a buscar? No sé, hasta que encuentre”, dice Yesenia.
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Cualquier información sobre el paradero de Luz Leidy Vanegas puede ser comunicado en las líneas habilitadas: 3165573311 – (4) 3511386. Además del 122 y 123.
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